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MIL 600 EVACUADOS
Presidente nicaragüense suspende compromiso ante amenaza de Cerro Negro
Agencias
Internacionales
El presidente Arnoldo Alemán, acusado de dejar a los nicaragüenses "a la buena de Dios", truncó ayer la celebración de su compromiso nupcial en Miami para volver a Nicaragua, mientras las erupciones y los temblores seguían sacudiendo el volcán Cerro Negro, dijo su despacho. Alemán viajó el viernes a Miami acompañado de la mayor parte de su gabinete, mientras en las inmediaciones del Cerro Negro las autoridades evacuaban a unos 1.600 residentes. Un día antes, el volcán comenzó a arrojar lava, ceniza y gases incandescentes, en medio de una serie de temblores a lo largo de la cadena volcánica ubicada unos 64 kilómetros al noroeste de Managua. Ayer sábado, los periódicos de Nicaragua y de muchos países de la región publicaron en sus portadas fotografías del volcán en erupción, contraponiéndolas con las imágenes de los festejos a los que asistía Alemán en Miami. "El presidente Arnoldo Alemán dejó ayer a los nicaragüenses ... a la buena de Dios", tituló El Nuevo Diario de Managua. Alemán acusó a la prensa nicaragüense de falta de humanidad por "manipular" la historia, dijo el diario. El gobernante dijo a los periodistas que había sopesado la postergación de su viaje, pero decidió partir al disminuir el viernes la actividad volcánica y sísmica y porque se había evacuado a los residentes de las áreas aledañas al volcán. El vicepresidente Enrique Bolaños permaneció en Nicaragua para supervisar la emergencia. El sábado, la actividad sísmica y volcánica estaba en "relativa calma", con sólo temblores de menor intensidad y alguna explosiones volcánicas, dijo el Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales. Las críticas a Alemán por su viaje del fin de semana fueron reminiscentes de las formuladas en su contra durante el paso del huracán Mitch en octubre, que dejó unos 9.000 muertos en cuatro países centroamericanos, la mayoría en Honduras y Nicaragua. Varios días después de que unos 2.000 campesinos murieron en un enorme deslave en el volcán Casita, los enfurecidos residentes de la zona abuchearon a Alemán durante una visita a León, acusándolo de reaccionar con frialdad a la tragedia y calificándolo de "asesino".
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