Nuevamente la
plata salvó al deporte panameño del desastre
Alexis
Batista se cae, como así fue la verdadera realidad istmeña
en Winnipeg. Foto: AP.
Carlos Alberto Martínez
Crítica en Línea
Se repitió
la historia de Mar del Plata en 1995, aunque mucho más
dramático, cuando la afición panameña tuvo
que esperar hasta casi el último día de los Panamericanos
cuando la ondina Eileen Coparropa estuvo sólo a una palmada
del oro y se llevó la plateada.
Así se esperaba de Panamá en Winnipeg, como
lo fue en Mar del Plata con la plata de Martín Petterson
en taekwondo, pero más allá de eso, lo de ayer
con Coparropa salvó realmente de un nuevo e inminente
desastre del deporte panameño.
Situaciones injustas en los reglamentos relegaron a luchadores
como Alfredo Far de una medalla. Alexis Batista se tropieza en
las pesas y estuvo cerca de lograr el bronce, los judokas caídos,
el béisbol hasta cuartos, se actuó como nunca y
se perdió como siempre.
Lo mismo le fue a la natación donde antes de la plata
de Coparropa, la ondina no logró ir a la final de los
cien metros, y el otro representante se quedó con una
marca nacional sólo para la estadística.
La responsabilidad de todo esto está como siempre,
en la incapacidad de nuestra desgastada dirigencia deportiva,
la falta de respaldo real de gobierno y empresa privada, y una
desorganización de INDE y Comité Olímpico
del que la afición pide a gritos un cambio que supere
sus diferencias.
Quizás, el cambio de gobierno pudiera también
ser efectivo en el deporte, sin embargo, tras lo ocurrido en
Winnipeg y de escogerse a figuras conocida con características
ya conocidas y gastadas en donde no se den cambios radicales
en materia deportiva, es posible que Panamá no sólo
una medalla nos salve del desastre, sino que hasta no podamos
ver una en los siguientes juegos regionales, quizás por
mucho tiempo.
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