Las Grandes Ligas tienen la habilidad de sobrevivir a las malas noticias, como puede verse en la recuperación de los problemas de juego de Pete Rose, la simpatía de Marge Schott por Hitler y otros.
En el 2002, los fanáticos llegaron a pensar que el béisbol se acabaría. ¿Pasará lo mismo esta vez? Desde los primeros años de la década de los setenta, sólo dos conflictos se han negado a desaparecer.
El primer conflicto es la eterna búsqueda de paz laboral. El béisbol ha sufrido ocho huelgas y cancelado la Serie Mundial de 1994. El segundo conflicto es el escándalo de los esteroides.