Un pequeñín de sólo siete años de edad, ayer soltó sus muletas y caminó, gracias a la misericordia de Dios.
Edi, como lo llaman, no podía andar sin muletas porque se fracturó la tibia, pero asistió a la Arena de Colón para esperar que Dios le hiciera el milagro de curarse, y ocurrió.
Su madre lloró y gritaba de la emoción, después de presenciar el milagro y se tiró al piso para dar gracias al Señor. |