Panamá recibió ayer como campeones a la selección subcampeona de la Copa Oro. El pueblo se volcó a recibir a sus jugadores que demostraron garra y coraje en el partido final contra Estados Unidos.
Un país carente de ídolos logró un escape con los resultados que logró la selección nacional de fútbol. Los actos de anoche así lo demostraron. Los jugadores son héroes de una juventud y de la niñez ávida de buenos ejemplos.
Luego de la celebración debe venir la preparación para un compromiso más serio que el torneo de la Copa Oro. Hablamos de la Hexagonal, de caras a la clasificación al Mundial de Alemania.
Estamos en la última posición, pero con opciones de lograr la clasificación, que se lograría obteniendo buenos resultados en los partidos faltantes.
Además de los avances obtenidos en el recién terminado torneo realizado en Estados Unidos, la Copa Oro sirvió para darle ritmo de competencia al onceno panameño.
No fueron juegos de fogueo con un equipo incompleto. Estaba una selección
con los jugadores que participan en la liga local y en los equipos extranjeros, lo que sirvió al cuerpo técnico para hacer los ajustes y estar en mejor forma para los partidos restantes en la Hexagonal.
Buena fue la celebración. Ahora hay que poner los pies sobre la tierra y entrenar fuerte y con disciplina, para que los jugadores tengan un igual o mejor desempeño en la Hexagonal que en la Copa Oro.