Eran las 6:00 p.m. de un día de semana. La tarde estaba nublaba por una llovizna que amenazaba con convertirse en torrencial aguacero. Pero dentro de los "Billares Nelson", en vía Obarrio, el ambiente era cálido y acogedor. Allí, a los lados de las mesas se apostaban hombres y una que otra mujer sosteniendo cada cual su taco y preparándose para el ataque a las bolas numeradas.
Lateral a los grandes ventanales hacia la calle principal, estaba él inclinado en la gran mesa de billar listo para golpear una verde con el número 4.
-¿Tú sabes algo de esto?- dijo sin voltear a mirar, pero confirmando que se había percatado de la presencia.
Roberto "Manos de Piedra" Durán, la gloria del boxeo panameño, de quien tanto se ha escrito y se ha hablado, desnudó a "Crítica" sus secretos, de esos que dice siempre tener, y que todo el mundo cree saber.
Entre pollo frito, patacones, tragos de seco con gaseosa o jugo de piña, interrupciones, "El Cholo" concedió una entrevista informal que hasta sangre trajo. Sangre porque cuando fue al baño, regresó con una especie de rasguño en la mejilla izquierda, pero no de cuidado.
R.D.: "Bueno, ¿qué quieres saber?"
C.: ¿Qué recuerda de su padre (es mexicano)?
R.D.: Nada. Sólo que vino, me hizo y se fue. No me interesa tampoco.
C.: ¿Cómo se conocieron él y su madre?
R.D.: Eso tampoco lo sé. (Se lleva un pedazo de pollo a la boca).
C.: ¿Qué recuerda de su primer combate?
R.D.: Fue con uno de los tres hermanos Riasco (no recuerda su nombre), pero fue uno de los grandes Amateur que tuvo Panamá. Si hubiera sido boxeador profesional hubiera sido alguien en la vida. Extraordinario, pero lo "acosté" en el segundo asalto.
C.: ¿Le tuvo 'culillo' a algún boxeador?
R.D.: ¿Culillo? Jajajaja. Culillo tenían ellos. Cuando firmaban ya tenían culillo.
C.: ¿Quién fue el hombre que más duro le pegó?
R.D.: Fue Esteban De Jesús. Me tumbó por confía'o. Tenía poca experiencia y él era un hombre extraordinario. En la primera pelea lo que hizo fue tumbarme. Peleé la revancha. Lo conocí, lo descifré y lo "acosté" más rápido. Era un hombre extraordinario.
C.: ¿A cuál de todos sus rivales respetó más?
R.D.: No. Yo nada más respeto a mi madre y a mis hijos. Dentro del ring, ¡a nadie!
C.: ¿Cuál fue la bolsa más baja que ganó?
R.D.: Como B/.3.00. Así es la vida.
C.: ¿Porqué cree usted que los campeones panameños no retienen mucho tiempo el título?
R.D.: Antes lo mantenían más. Ahora no lo mantiene, porque no sirve ninguno.
C.: ¿Cuál fue su momento más feliz en la vida? ¿Y el más triste?
R.D.: El más feliz cuando me gané B/.10,000.00 cuando le gané a Ken Buchanan. Me lo chupé en mi barrio con mis amigos y amigas. El más triste fue cuando perdí con Sugar Ray Leonard y el mismo pueblo panameño me dio la espalda.
C.: ¿Hasta qué grado llegó en el colegio?
R.D.: Lo más, creo que fue hasta sexto grado. No sé escribir gran cosa, no sé sumar, no sé lo que es plata, pero me sé desenvolver en cualquier materia que quieran ponerme ( y suelta una carcajada).
C.: ¿Alguna vez tuvo miedo de morir en el combate?
R.D.: Nunca en la vida. Nunca he temido a la muerte.
C.: ¿Es cierto que alguna vez peleó en defensa de su título con diarrea? ¿Cómo fue eso?
R.D.: Oh sí, sí, sí. Una vez con un boxeador extraordinario que se llama Luis Patiño. ¡Qué boxeadorazo! Y me lo gané 'cagando'. Tenía yo como 17 años. En Francia también pasó. No fue peleando el título; fue una pelea a diez asaltos. (Sacude la cabeza como espantando recuerdos) ¡Ufff! Es que Francia tiene unas cosas bellas... vino, champagne... recuerda que el boxeador es ocioso y me metí a loco a hacer unas cosas que no debí. Me dio diarrea. Gracias a Dios, lo noqueé. Cuando le pegué, me cagué. Cuando iba bajando del ring, un tipo me dijo "regálame tu bata" y yo estaba to'o caga'o y se la di para que no sintiera el olor a pupú y me dejara ir. Eso te lo juro por mi Santa Madre que está viva. Eso fue en París. No recuerdo el nombre, fue un francés.
C.: ¿Cómo se ve Roberto Durán dentro de 10 años?
R.D.: Bonito, simpático, más delgado que ahora. Me voy a cuidar mucho más. Un poquito más de cana. Con un poquito de cirugía plástica para que las muchachas me vean más simpático...
C.: ¿Qué hace Roberto Durán en un día normal?
R.D.: Venir a este billar u otro, tomar tragos, llevar mi mujer al cine, a mis hijos a jugar maquinitas y a la playa los domingos. Quedarme un día en casa cocinando. No soy buen cocinero, pero me gusta estar con mi esposa cocinando y joder un rato.
C.: ¿De todas las bolsas que ganó, cuánto le ha quedado?
R.D.: Nunca me quedó nada, porque lo he gastado con mis amigos, con mujeres que son divinas las de este país. Chupando, amaneciendo...
C.: ¿Ha llorado Roberto Durán y por qué?
R.D.: Sí. Cuando mi mamá está enferma, mis hijos, cuando la gente a veces me ignora por cosas que no van al caso. Porque no les quiero hacer un daño y lloro de rabia.
C.: ¿Tuvo algún noviazgo con alguna famosa de Estados Unidos?
R.D.: (Con mirada pícara y una sonrisa cómplice, responde) No. Porque era muy feo, jajaja.
C.: ¿Alguna vez intentaron envenenarlo para que perdiera una pelea?
R.D.: Sí, pero yo creo que quien lo puede decir, no está aquí ahora mismo. Hay muchas cosas que han pasado en la vida de Roberto Durán que no las puedo decir. Y no las voy a decir.
C.: ¿ A qué boxeador odió tanto que salió con ganas de acabarlo?
R.D.: A Leonard por payaso. Se cree que es lo máximo que tiene Estados Unidos y está engañado.
C.: ¿Roberto Durán se cree un hombre sexy?
R.D.: Ahora mismo estoy un poquito gordo porque me he dejado por el accidente que tuve (en Argentina), pero sí me considero sexy. Después de 117 peleas, me siento un hombre sexy.
C.: ¿Cuántas mujeres han desfilado por la vida de Roberto Durán?
R.D.: Nombe' si yo siempre ando solo. La gente piensa que soy maricón, jajajajajaja.
Terminó el interrogatorio. Continuó el choque entre las bolas. Cuajó el rasguño del Cholo. Y siguieron las risas dentro del salón. |