E l estallido social de Bocas del Toro y otros sectores realmente estaban "anunciados". Sin ser experto en política, como periodista me he dado cuenta de la decepción que sufre parte del pueblo con el gobierno que prometió "el cielo y la tierra". Somos un pueblo emotivo. A veces lo olvidan algunos mandatarios que desean imponer leyes que afectan a la población.
Hay que hablar con la gente de diferentes niveles, para conocer esta decepción a sólo un año de la nueva administración.
En la capital, situaciones como la del Alcalde Bosco molestan a muchos. Consideran que el vicepresidente trata de cubrir el fracaso en el Municipio, porque no desea que la vice alcaldesa (de otro partido) llegue al poder.
Los periodistas hemos sufrido en las últimas semanas acciones que afectan nuestro trabajo. Ya no bastó con que el Mandatario dijera que hacíamos noticiero de "pacotilla"... (Ni Martín Torrijos en momentos de mucha crítica, nos insultó así. Tampoco Noriega...).
Ya he dicho que el gobierno lo que hace con las manos lo daña con los pies".
Agrego que hay mala divulgación de lo bueno que ha realizado el gobierno. Esto ocurrió en Bocas del Toro.
Pero... la "Ley Chorizo" se sabía que iba a causar problemas.
¿Por qué creen ustedes que se hizo una ley que mete a la cárcel por meses, a los que cierren una vía pública? Ya ellos se preparaban para protestas por querer imponer leyes que no le caen bien a algunos panameños. La excusa, "el cambio".
Los muertos por el estallido social de Bocas del Toro ¡estarán en la conciencia del Presidente y sus directivos!
Aquellos heridos con perdigones en los ojos (¡Policía salvaje!) también tendrán esas acciones antihumanas en sus conciencias.
Gobernar bien un país no es lucirse con un metro y buses nuevos que no hemos visto en un año. Es mejorar el nivel de vida de ese "pueblo enzapatillado", que tanto"enamoró" Martinelli para conseguir sus votos.
"No hay peor ciego que quien no quiera ver", es un viejo refrán que espero no lo use este gobierno.
Para la democracia que tanto nos costó conseguir, es negativo vivir con disturbios, muertos, heridos, lisiados, pérdidas millonarias de dinero, tensión, miedo en la comunidad, etc.
A "ponerse las pilas" o zapatillas como dicen en Cerro Campana, señor Presidente. Si lo aconsejan mal, bote a esos ¡incapaces!