Una tanda de homofóbicos anda suelta por ahí. Son personas que odian a los homosexuales, llámense estos gay o simplemente afeminados.
Estas personas, los gays, reclaman su espacio en la sociedad como seres normales. Tienen derecho a formar parte de todos los beneficios del país. Ellos son ciudadanos, igual que tú y que yo, pero en la mente de muchos hay un dilema. Tal como le ocurre a un conocido que creció en el seno de una familia cristiana y por lo tanto fue educado desde temprana edad en las cosas de Dios. De hecho, él siente amar a Dios e incluso participa activamente en su Iglesia, sin embargo muchas veces ha tenido el firme deseo de suicidarse, pues siente que ya no puede más porque no puede ocultar la atracción que siente por los hombres, y aunque lo disimula muy bien, está cansado de ello. El tiene necesidades afectivas y quiere, al igual que muchos, "liberarse" que su familia y el mundo sepan que él es "Gay" y que no lo señalen ni lo marginen y que lo dejen ser feliz con otro hombre, sin embargo conoce la palabra de Dios que dice: "¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios." (1 Corintios 6: 9-10). Que triste panorama para este hombre que sabe que Dios no acepta el pecado de la homosexualidad y entonces se pregunta ¿Dios mío, por que me hiciste así?. Lo que él ignora, es que Dios NO lo hizo así. Su tormento es parte de la misma naturaleza pecaminosa.
A las personas con tendencia homosexual no hay que marginarlos. Todos somos pecadores y lo que debemos es buscar el perdón de Dios a través de nuestro arrepentimiento sincero. Si usted se ha acostado con otro hombre y se considera gay y desea que Él lo sane diga: "Señor, no soporto más vivir así. Sé que tu creaste a un hombre y a una mujer para poblar al mundo. Te pido que liberes esta atadura que hace que me gusten los hombres. No quiero pecar y quiero vivir una vida normal contigo. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén".