Algunos profesores de las universidades imparten sus clases de manera muy técnica, no importa si los alumnos la entienden o no.
A veces no adaptan los conocimientos a la carrera que estudian sus alumnos. Hay quienes prefieren insistir en la composición química de la tierra, que señalar los problemas de contaminación ambiental. Enseñan Ecología...
Los de Inglés son famosos desde hace años. Se la pasan torturando a sus alumnos de secundaria y universidad con el verbo "to be", sin importarles que el joven nunca pueda sostener una conversación.
No les extrañe que un docente enseñe algo que ya se dio en otra materia. Sencillamente no sigue el "contenido programático" de la materia.
Cuando alguien le llama la atención, se escudan en la bendita "libertad de cátedra".
También se pueden hallar quienes hacen negocio con el curso. Venden libros caros, ya sean suyos o de otros autores. Por más que el alumno reclame que no tiene dieciséis balboas para comprar un texto (del que sólo usará dos capítulos), "si no lo compra, fracasa".
Añada a esto los sistemas de evaluación. Algunos solamente ponen uno o dos ejercicios durante todo el semestre. ¡Así no tienen que corregir tantos exámenes!
El problema se da después con las notas, y los fracasos aumentarán por la falta de exámenes.
Profesores muy teóricos molestan a los alumnos. Otros hacen que el salón "presente un caso" para él no dictar la clase.
Por suerte, estos profesores negativos son la minoría. La mayoría de los docentes universitarios se esfuerzan por realizar su trabajo. A veces les molesta que los alumnos sean indolentes, cómodos, y no estudien lo suficiente.
No les extrañe que surjan situaciones de "viveza" en algunos casos. El profesor no tiene buena asistencia, y los alumnos disfrutan eso. Al final del semestre, se quejan porque no tienen suficientes notas para una buena evaluación.
Claro que hay controles administrativos y académicos para evitar estas situaciones que son pocas. Pero no siempre se cumplen.
Ahora en la Universidad han vuelto a insistir en que se "confirme" que un profesor está dictando su clase. Por culpa de unos avivatos paga la mayoría de docentes honestos...
Pero no hay que asustarse. Por experiencia sé que uno aprende tanto de los buenos profesores... ¡como de los malos! De estos últimos, a no ser como ellos... y ¡a estudiar por nuestra propia cuenta!