La Corte Suprema argentina rechazó el planteo de un ahorrista que, tras la instauración del llamado "corralito" en diciembre del 2001, aceptó la "pesificación" de sus depósitos en dólares, pero que reclamaba ser compensado porque desde entonces la moneda estadounidense se ha apreciado.
Según el alto tribunal argentino, el ahorrista había aceptado que sus depósitos en dólares fueran convertidos a pesos, a razón de 1,40 pesos por cada dólar, y su banco no tiene obligación de recompensarlo. La cotización actual del dólar es de tres pesos por unidad; si la Corte hubiera fallado a favor del ahorrista, el banco debería devolver $1,50 por cada dólar.