Lunes 13 de julio de 1998

 








 

 

 

Menores tendrán que responder penalmente si aprueban ley


Panamá
ACAN-EFE

L
os panameños se preparan para afrontar el que es uno de los mayores retos sociales de fines de siglo, discutir una ley de responsabilidad penal para adolescentes que ponga fin a los actuales abusos que se perpetran contra este sector de la población bajo el esquema legal del tutelaje.

El impulso dado por la ratificación de la Convención sobre los Derechos del Niño, en 1990, no ha tenido un impacto sostenido'' en el ámbito de las políticas, ni ha producido la prometida adecuación de la legislación, destacó en un foro con periodistas Jorge Giannareas, consultor para la elaboración del proyecto de ley que busca remediar el vacío existente.

El foro, convocado por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el ministerio panameño de la Juventud, la Mujer, la Ninez y la Familia, concluyó tras 24 horas de debate, en el que se reconocieron las diferentes causas de la violencia juvenil y la poca o ninguna respuesta positiva que ha dado la sociedad.

La legisladora oficialista Balbina Herrera, del populoso distrito capitalino de San Miguelito, dijo que en su circuito electoral atiende una comunidad en la que se dan casos de niñas de nueve años que son madres de familia y trafican drogas para sostener a sus vástagos.

La comisión formada en 1997 para elaborar una ley integral para la niñez y la adolescencia, ante la preocupación nacional desatada por la participación de adolescentes en el homicidio de varios taxistas y la existencia de un proyecto de someterlos a la justicia ordinaria optó por elaborar una nueva propuesta.

Lo que se pretende es crear toda una estructura jurídica que tenga la responsabilidad de ventilar los casos de faltas o delitos cometidos por personas entre 14 y 18 años, quienes deben responder ante estas instancias especializadas y multidisciplinarias.

De encontrarse culpable de homicidio, violación, tráfico de drogas, robo y secuestro, el adolescente comprendido estre los 14 y 18 años será sometido a un proceso penal especial en el que un juez podrá condenarlo a una pena máxima de 5 años de reclusión en centros especiales de resocialización.

Giannareas preciso que la reclusión de un menor será la última medida a la que podrán acudir las nuevas autoridades judiciales, y sólo para los cinco delitos tipificados en la norma, para el resto de faltas existirán otras sanciones, como trabajo comunitario o reclusión domiciliaria con supervisión comunal.

Para la magistrada de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia de Panamá, Graciela Dixon, este proyecto es la respuesta que la sociedad comienza a dar al incremento de la delincuencia juvenil, que en los últimos años ha sido responsable del 3 por ciento de todos los delitos ocurridos en el país.

Apuntó que también representa el inicio del proceso de transformacion de toda la justicia penal panameña, que a su juicio presenta serias fallas internas y obstáculos externos, como el agotamiento por los innumerables recursos de habeas corpus que los abogados interponen para alargar los procesos.

La nueva ley considera ilegal el arresto o detención de adolescentes en los recintos de adultos, y por lo tanto conceden el derecho a la libertad inmediata.

Los que delinquen entre los 17 y 18 años serán juzgados por los tribunales especiales y cumplirán la pena de acuerdo con este nuevo proceso y cumplirán la pena, hasta los 21 años, en los centros especiales de rehabilitación, luego de lo cual el juez decidirá si lo traslada a un penal de adultos o le da libertad.

La intención es eliminar los actuales procedimientos, mediante los cuales un adolescente en riesgo social es recluido, sin mediar proceso, junto con los delincuentes juveniles, lo que convierten a estos recintos en escuelas del crimen''.

La nueva ley entrará en vigor en la provincia de Panamá un año después de promulgada, y en el resto del país a los dos años, en ambos casos deben hacerlo simultáneamente instituciones de resocialización, fiscalías y juzgados para adolescentes, lo mismo que las organizaciones no gubernamentales que deben supervisar el cumplimiento de las sanciones educativas impuestas.

Los periodistas también conocieron el contexto y el contenido de leyes similares creadas en El Salvador y Costa Rica, explicadas por los juristas Sneider Rivera y Carlos Tiffer, respectivamente, y la experiencia con niños de la calle panameños de parte del educador Roderick Castillo, de Casa Esperanza.

 

 

 

 





 

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