Francia se corona con una estrella brillante
llamada Zinedine Zidane
Saint Denis
AFP
Los goles del centrocampista
Zinedine Zidane en la primera parte y uno de Emmanuel Petit en los minutos
de descuento dieron a Francia su primera Copa del Mundo de fútbol
al derrotar a Brasil por 3-0, ayer, domingo en el Stade de France de Saint
Denis.
Los pronósticos daban por historia y por jugadores la etiqueta
de favorito a Brasil, pero el fútbol actual poco sabe de pasado y
de juego individual, y Francia ganó por ser mejor conjunto en el
partido de ayer y en todo el Mundial.
Además, no fue Brasil el que hizo uso de sus individualidades,
sino Francia. Vista la nulidad en el ataque del único delantero francés,
Stephane Guivarc'h, el organizador Zinedine Zidane decidió tomar
las riendas y, pese a que no había marcado en este Mundial, antes
de la final, lo hizo esta vez por partida doble.
"Francia ganará. Tenemos una formación de gran valor
y consciente de su fuerza. Puede que sea verdad que nos falta un goleador,
pero tenemos cuatro meses para encontrarlo. En la final creo que nos enfrentaremos
a Brasil". Estas declaraciones, toda una premonición, son de
Zidane y las realizó el 6 de febrero al diario deportivo italiano
Corriere dello Sport.
Zidane jugaba a principios de año a adivino y no se equivocó
en casi nada. Francia fue más sólido que Brasil desde el principio
de esta final, más "consciente de su fuerza", como había
dicho Zidane y ganó.
El jugador del Juventus de Turín tampoco se equivocaba cuando
decía que a su selección le faltaba un goleador. Por ello
ayer se decidió a asumir ese papel. Lo hizo por partida doble ante
la ineficacia de Stephan Guivarc'h.
Fueron dos goles calcados. Zidane marcó en ambas ocasiones de
cabeza y a la salida de un córner. El primero llegó en el
minuto 27. Emmanuel Petit sacó desde la esquina y el centrocampista
del Juventus se adelantó a Leonardo.
El segundo apareció en el último minuto de la primera parte.
Si el saque de esquina del primer tanto nació en la derecha, éste
fue sacado desde la izquierda por Youri Djorkaeff. El que intentó
parar esta vez en vano a Zidane fue Dunga.
Con el título en el bolsillo, Petit dio la puntilla en los minutos
de descuento al concluir un contragolpe llevado por Christophe Dugarry (90).
Desde el primer minuto, Francia mostró sus cartas. Buscaba el
triunfo. Y Guivarc'h, el máximo goleador de una descafeinada liga
francesa, tuvo dos ocasiones en los primeros cinco minutos.
Hasta el minuto 20, sólo existió Francia en el partido.
Sus incursiones por la izquierda siempre llevaban peligro ante un frágil
centro de la defensa que se mostraba muy fallón, en particular Junior
Baiano.
Por esa banda se alternaban Youri Djorkaeff, Emmanuel Petit, Zinedine
Zidane y el lateral Bixente Lizarazu para dar apuros a Brasil.
Roberto Carlos rompió el acoso francés en el minuto 20
con un disparo bombeado desde la izquierda que casi sorprende a Fabien Barthez,
pero que se fue alto.
Ese disparo de Roberto Carlos y otro de Ronaldo dos minutos después
también desde la izquierda, que detuvo el guardameta francés
sobre la línea, además de un cabezazo de Rivaldo poco después
fueron el pobre bagaje 'canarinho' en los primeros 45 minutos.
Francia se limitó a hacer lo que sabe. Demostró su sobriedad
en defensa, controló bien todos los movimientos de Rivaldo en el
centro del campo y de Ronaldo arriba y administró el partido a su
antojo.
Cabía la esperanza de que Brasil fuese el mismo que derrotó
a Marruecos por 3-0 en la primera fase o a Chile por 4-1 en octavos de final.
Pero no fue ni una sombra de lo que se espera en una final del Mundial de
la selección auriverde.
El equipo de Mario Zagallo fue una caricatura de sí mismo. Paulo
Coelho, el escritor brasileño, había dicho antes del Mundial
que le gustaba su selección porque conjugaba talento y disciplina.
Nada de eso tuvo Brasil en esta noche amarga de Saint Denis.
La disciplina la echó por tierra la inseguridad de Junior Baiano
y el talento lo guardaron los brasileños para exhibirlo en mejor
ocasión.
La segunda mitad fue un mero trámite. Marcar dos goles a la infranqueable
defensa francesa, que sólo había recibido dos tantos en este
Mundial, era una misión imposible.
Ronaldo, dispuso de una ocasión para marcar en los primeros minutos
de la reanudación, pero su disparo fue detenido por Barthez. Ahí
murió definitivamente Brasil. Si una genialidad de su estrella no
servía, los brasileños estaban dispuestos a bajar los brazos.
Y lo hicieron. Ni siquiera Denilson, que entró en la segunda parte,
pudo arreglarlo.


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