Criterios de análisis en la pasión por un mundial de futbol


Rainer Tuñón C.
Crítica en Línea

Posiblemente usted se una hoy en la tarde a los 40 billones de televidentes que esperan ansiosos a gritar ¡Gooooool!, cuando el balón pega cerquita del marco, o luego que el árbitro cante mal una jugada polémica.

No importará su grado de escolaridad, sus logros más sobresalientes o su status económico, por el simple hecho de unirse a la masa mundialista, usted se convierte en más de 90 minutos en un ser tan primitivo e instintivo que llegará por minutos a niveles insospechados de emoción.

El sicólogo clínico Jorge Cisneros explicó que detrás de un evento mundial como la fiesta de Francia '98 hay elementos interesantes que investigar, en cuestiones de comportamiento de la conducta humana.

Por ejemplo, cada vez que el ciudadano común siente la efervescencia mundialista, sucede un fenómeno de masas, que perfectamente encaja con el modelo de sicología de masas que tanto promulgó Sigmund Freud en algún momento fecundo de su obra intelectual.

Sucede que aparte de ser la fiesta más publicitada por el bombardeo de mercadeo a nivel global y del impulso que toman los gladiadores modernos, que representan a los tetra campeones, la naranja mecánica, un "scratch", la "azurri" o "la roja", por mencionar humildes ejemplos, existen otros fenómenos sociológicos que también valen la pena destacar en un somero estudio.

El sociólogo y profesor universitario Gerardo Maloney, apuntó hacia el fenómeno de la identificación cultural entre Latinoamérica y Europa. Son seis equipos, tres latinos y tres europeos los que han ganado el mundial, y por ello el público en Panamá y el mundo se identifica con los grupos sociales vecinos, por así decir.

Un sicólogo comentó en un canal de televisión por cable que el futbol es quizás el deporte que más se relacione con el origen mismo de la supervivencia del ser humano, la pasión por la cacería. Aunque el cantante Ricky Martin vaya más allá cuando menciona a los hermanitos Caín y Abel, al connotar cada juego del mundial con el conflicto bíblico.

La apreciación peca de plausible cuando vemos cómo el público en los estadios o en las pantallas de la "tv" se muere por guiar a un jugador x como si fuera un cazador, cuya arma es el balón, para conseguir la presa (meter el balón dentro del marco).

Ambas fuentes, pese a no estar cien por ciento de acuerdo con lo expuesto, comentaron que hay algo de instintivo en esta actividad deportiva, que pudiera colocarse entre las más practicadas del mundo.

Ahora, el fenómeno del mercadeo publicitario este año hace que el impacto por la espera mundialista haga que por ejemplo, el menos educado de los ciudadanos, de pronto haga análisis o reflexiones antes, durante y después de los partidos, solo durante el periodo mundialista (cada cuatro año hay abundancia de críticos y comentaristas de futbol, que no necesitan licencia para hablar de ello).

Cisneros manifestó que por efecto indirecto de la admiración hacia los gladiadores, nuestras madres o padres no dudarán en ponerle a los retoños: Junior Baiano Pérez, Ronaldiño González, Owen Batista, Kluiverto Perea, Bebeto Ramos, Taffarel Ramírez o casos patéticos como Coku Castillo, o Sukera Velásquez.

Por ser precisamente el único evento que realmente consigue unir naciones a través del toque de un balón (sin contar las olimpiadas), existe el asunto meramente políticos, que llega a encerrar conflictos Irán-EEUU, Alemania-Croacia o Argentina-Inglaterra, que es una relación importante digna de análisis después del mundial.

 

 

 

 

 


 

El sicólogo clínico Jorge Cisneros explicó que detrás de un evento mundial como la fiesta de Francia '98 hay elementos interesantes que investigar, en cuestiones de comportamiento de la conducta humana.

 

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