OPINION

REFLEXIONES
Renta 5: desalojo inhumano

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Por Carlos Christian Sánchez
Asesor Diplomático

Hace pocos días al pasar por la Avenida México, tuvimos la oportunidad de ver a muchas personas que fueron desalojadas del viejo edificio de la Renta 5, quienes decidieron vivir frente al inmueble en deterioro, y hacer su modo de subsistencia de forma regular. Mujeres cocinando, niños jugando en plena calle y durmiendo al desamparo de las autoridades, eran las escenas trágicas de un fenómeno social que cada momento se hace común: el desprecio e indiferencia de las autoridades por los pobres panameños.

En cierto sentido, era mejor que desalojaran a los cientos de panameños y extranjeros que moraban en la Renta 5, puesto que la estructura habitacional, de más de cuarenta años, se venía abajo con el correr del tiempo. Empero, jamás comprenderemos el motivo por el cual nunca se construyó otro edificio o que se les haya dado facilidades reales y accesibles a los ex habitantes del viejo caserón.

De igual forma, no comprendemos la actitud de los señores de la Caja de Seguro Social, de la Defensoría del Pueblo y las autoridades gubernamentales, en acelerar el desalojo de las personas, sin que se hubieran creado otras alternativas para mudar a los moradores. La verdad es que el panorama del sufrimiento humano, de que decenas de familias hayan perdido su hogar, debe darles mucho remordimiento a las antes mencionadas entidades que se prestaron para dejar en la calle a niños, adolescentes y adultos.

El caso de la Renta 5 y de los panameños que no tienen hogar se repite de múltiples formas: Pocas horas después del desalojo, hubo un incendio en San Felipe, que destruyó un albergue temporal, casualmente utilizado por personas que también perdieron sus hogares por otro imprevisto del destino. Para el colmo, la gente quedó sin un techo que los cubra de la lluvia, expuestos a la intemperie.

El ciclo de pobreza y la falta de vivienda es muy grave, al punto que provoca inestabilidad social. Los niños y adolescentes que no tiene hogar suelen convertirse en los próximos elementos del mal vivir, pues sin una casa donde desenvolverse en familia, son las siguientes víctimas de los maleantes y capos que los reclutarán en sus actividades delictivas.

¿No dizque este gobierno era de los pobres? Bueno, en parte es cierto, pues ahora todos somos más pobres. Mientras la presidenta da supuestas soluciones de vivienda a familias con cierto nivel económico estable, miles de panameños viven bajo el amparo de la desesperanza, sin un techo que los cobije.

Finalmente hacemos un llamado a las autoridades de la Caja de Seguro Social, en especial al doctor Juan Jované, a que no abandonen a las familias desplazadas de la Renta 5, sean panameños o extranjeros, pues también necesitan de la ayuda estatal social. Igualmente, la Defensoría del Pueblo debería gestionar con empresarios privados y el gobierno, la reubicación de las familias que perdieron sus hogares.

 

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