El exconcubino de María del Carmen Zapateiro figura como principal sospechoso del asesinato a puñalada de esta mujer de 43 años. El hecho se registró el domingo en la casa de inquilinato número 26 de El Porvenir, en Pedregal.
Jaime Rolando Mayers, de 48 años, mató a puñaladas a su exmujer por un litigio de tierra. A favor de María existía una boleta de protección girada por la corregiduría de Pedregal, la cual fue violentada el domingo por su exconcubino.
Cuentan los vecinos que María Del Carmen sólo tenía dos meses de residir en la casa de inquilinato. La describen como una mujer muy amable y cariñosa con todos los que vivían a su alrededor, por lo que a pesar del poco tiempo que tenía de haber llegado, se dio a querer rápidamente.
Algunos familiares de María alegan que ella salió apenas una quincena con Mayers, quien quedó obsesionado a tal punto que días antes de perpetrar el hecho de sangre, la amenazó con matarla, a lo que ella nunca le dio importancia.
Al parecer, todo indica que Mayers estaba celoso, pues María estaba saliendo con otro sujeto. Vecinos lo escucharon gritar: "si no eres para mí, no serás para nadie", por lo cual desde hacía varios días, la espiaba desde muy tempranas horas, con un machete en la mano.
A pesar de que había mucha gente presenciando el hecho de sangre, entre ellos hombres, mujeres y niños, nadie alcanzó a evitar que Mayers acabara con la vida de la mujer, quien era madre de dos adolescentes que dejó en la orfandad.
El día de los hechos, María se encontraba preparada para salir a un centro comercial a comprar algunas cosas, luego de ganarse la lotería. Mientras comentaba su fortuna con la dueña de la casa, fue alertada sobre la presencia de Jaime en las cercanías de la vivienda, lo cual ignoró.
Minutos después y sin previo aviso, Mayers se abalanzó sobre ella, asestándole un puñetazo en la cara que la sacó de balance y a pesar de que trató de huir entrando en la terraza de la dueña de la casa, no logró evadir a su agresor, quien la insultaba y le hacía reclamos.
Al ver que Mayers no desistía, María desalojó la terraza de su casera, cosa que el homicida aprovechó para continuar su ataque, empujándola y amenazándola con una cuchilla automática y en cuestión de segundos, ya estaba sobre ella apuñalándola una y otra vez.
María cayó sobre una pequeña mata de frijoles que se encontraba a un costado de la casa. Testigos de lo acontecido declararon que el homicida, luego de acertarle dos puñaladas en el lado izquierdo del tórax, una en la mano izquierda, otra en la pierna derecha, una en la espalda y otra en el abdomen, le propinó tres patadas en diferentes partes de su cuerpo. Finalmente, antes de alejarse, limpió su cuchilla ensangrentada en la ropa de ella.
Una vez su agresor dejó de apuñalarla, María trató de incorporarse, pero no pudo, por lo que inmediatamente fue socorrida por sus vecinos, que aunque la llevaron rápidamente a la Policlínica J.J. Vallarino, no lograron salvarle la vida.
Mientras tanto, Mayers se dirigió a su casa, recogió una maleta y con la sangre más fría que un bloque de hielo, salió tranquilamente caminando de su residencia y desde entonces no ha sido localizado.