El segundo puesto de Fernando Alonso, de la escudería McLaren-Mercedes, en el Gran Premio de Gran Bretaña, dejó satisfecho al piloto español porque, pese a quedarse a las puertas del triunfo, le sirvió para invertir una tendencia que ya se tornaba peligrosa, pues el que más se destacaba era su compañero de equipo y líder del campeonato, el británico Lewis Hamilton.
Y es que aunque fue más rápido que Hamilton en las tres carreras anteriores (Canadá, Estados Unidos y Francia), Alonso sucumbió por un motivo o por otro ante el debutante, alejado de los problemas que parecían perseguir al bicampeón mundial español.
Alonso logró en el circuito de Silverstone un segundo puesto, que le dejó cierto sabor a victoria. Primero, porque le permitió recortar de 14 a 12 puntos su desventaja en la clasificación del Mundial de pilotos y segundo, porque lo hizo en casa de su cada vez más enconado rival, Lewis Hamilton.