CREO SER UN BUEN
CIUDADANO
Sin embargo, no le doy valor a la vida ajena
Por la manera como los panameños conducen sus automóviles, pareciera que a los panameños les importa un pito la vida, la propia y la ajena. Mucho más loca es esta misma actitud, cuando están de por medio niños pequeños. Hay que hacer algo, y pronto, para convencer a los panameños de que la vida humana tiene un valor inestimable, y que hay que preservarla por el bien propio, y de las generaciones por venir. En la medida en que se convenza a todos de que el bien máximo de la naturaleza es la vida, y su respeto es condición esencial para la paz y el progreso, empezaremos a construir un país grande y poderoso, cuyo centro será la correcta apreciación de la dignidad y el respeto a la vida.
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