Panameños se solidarizan con Joice
Joice Vianeth Pittí, una pequeña de tan solo cinco años de edad, residente en Finca Jobito, distrito del Barú, quien nació con una afección en la columna que al final resultó ser la enfermedad conocida como Mielomeningocele.

Vielka Cádiz F.
Crítica en Línea
El pasado 26 de junio, el diario "Crítica" publicó un reportaje, exponiendo el caso de la niña Joice Vianeth Pittí, una pequeña de tan solo cinco años de edad, residente en Finca Jobito, distrito del Barú, quien nació con una afección en la columna que al final resultó ser la enfermedad conocida como Mielomeningocele. A pesar de que al principio, no detallamos el mal que en realidad aquejaba a la infante, el escrito logró llegar a las entrañas de gran cantidad de panameños e incluso, extranjeros, quienes de inmediato se mostraron dispuestos a ayudar a Joice, demostrando con ello, que en Panamá todavía quedan corazones generosos. Fue así, como la vida de esta criatura que, además había sido abandonada, comenzó a registrar algunos cambios. Después de un día de que se dio a conocer a la luz pública el terrible dilema de esta niña, recibimos una llamada procedente de la sala de redacción del periódico, donde se nos informaron buenas noticias. De inmediato, nos comunicó al jefe del Departamento de Circulación, Roberto Tuñón, quien nos manifestó que la estación radial WAO 97, efectuó una campaña en torno al reportaje y muchas personas habían llamado preguntando en qué podían colaborar. En esa ocasión, Tuñón indicó que hasta la primera dama, Ruby Moscoso, había llamado y por lo tanto, necesitaban saber qué tipo y cuál era el costo de la operación que se le tenía que hacer a la pequeña, porque deseaban comprobar si se podía hacer en el Hospital del Niño, en la ciudad capital. Fueron muchas las llamadas que se tuvieron que hacer y a personas que tuvimos que acudir, una de ellas, el señor Eduardo Quiróz Acosta, de Finca Jagua, para poder localizar a la familia, pero al final ganó la perseverancia. Minutos más tarde, conversamos con el señor Simón Pérez (abuelastro) y el miércoles de esa misma semana, teníamos en nuestro poder un documento donde detallaban la enfermedad y la tarjeta de control, que por cierto, mostraba que la niña sólo había recibido atención médica hasta hace dos años, es decir, a mediados de 1998. Solo habían transcurrido 24 horas, cuando recibimos de la capital otra llamada telefónica, para comunicarnos que los señores Henry y Ruth Pier, propietarios del Almacén Exit, también estaban interesados en ayudar. Para agilizar el proceso, contactamos el pasado lunes 3 de julio en el hospital José Domingo de Obaldía a la neuróloga Ilda Candanedo, con quien la niña tenía cita el próximo 13 de julio. Sin embargo, después de dialogar por varios minutos, nos manifestó que el caso era de la especialidad de Neurocirugía. Fue entonces cuando nos trasladamos hasta el cuarto piso del hospital Regional Rafael Hernández de la ciudad, donde localizamos al neurocirujano José Mezquita, quien definitivamente diagnosticó que la niña padecía Mielomeningocele. Después de explicarle el caso de Joice, el galeno accedió a atender a la niña, dando la cita para el miércoles 5 a la 10:00 a.m., cuando la recibió en compañía de su madre (que apareció), su abuelastro y mi persona. Luego de examinarla por varios minutos y ponerla a hacer algunos ejercicios caminando, determinó que también tenía el pie derecho equino y una deformación en el izquierdo, por lo que necesita evaluación no solo de un neurocirujano pediátrico, sino también de un ortopeda, urólogo, neurólogo y un psicólogo. Sin duda alguna, el escrito caló no solo entre la población en general, sino también entre algunos familiares que durante cinco años se mantuvieron distantes. A nuestra llegada al centro hospitalario, recibimos la buena noticia no solo de que la madre Yolanda Pittí Tejada acompañaba a la infante, quien vestía un humilde trajecito; sino también de que el padre, un ciudadano que como lo mencioné antes habita en Finca Blanco, visitó a Joice el pasado martes, en compañía de su madre y un hermano, interesado en reconocerla y ayudarla de ahora en adelante. Además en el área donde reside Joice, fueron muchas las personas que según el abuelastro de la menor, llegaron a la vivienda para decir que habían visto a la familia en el periódico y que estaban contentos porque la iban a ayudar. El nuevo diagnóstico médico fue enviado de inmediato hacia la ciudad capital, donde en la actualidad agilizan los trámites para que la niña sea atendida pronto por los especialistas y que sean ellos, quienes determinen el costo de la intervención quirúrgica, porque el objetivo es habilitar una cuenta bancaria, donde los interesados puedan depositar la cantidad que deseen. Al final de la visita al médico, la familia agradeció a Dios y a los panameños, el interés que han mostrado en ayudar a la criatura, cuyo mejor futuro, depende de la operación a la que deberá ser sometida y al apoyo que cada uno de ustedes pueda brindarle.
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