Apuestan a Ejército colombiano

Base Militar de Tres Esquinas
Colombia / AP
Los guerrilleros que cuidan los cultivos ilícitos tendrán al menos un recio comandante que los acosará cuando se inicie en Colombia la controversial ofensiva contra los narcóticos, respaldada por Estados Unidos. El general Mario Montoya está ansioso de entrar en acción con los helicópteros norteamericanos y tropas entrenadas por las Fuerzas Especiales estadounidenses, parte del paquete de ayuda de 1.300 millones de dólares aprobado en Washington. Bajo este paquete, unos 3.000 soldados entrenados por los norteamericanos combatirán a las guerrillas izquierdistas y a los grupos paramilitares de derecha que protegen los cultivos de coca en la Amazonía colombiana. "Si tienen vínculos con el narcotráfico, los vamos a atacar", dijo esta semana el general a periodistas extranjeros. Pero algunos expertos dudan que las fuerzas militares -- que han sufrido vergonzosas derrotas recientemente -- puedan lograr el control de estas espesas selvas y pantanosos ríos, donde los grupos armados se lucran protegiendo el negocio de la cocaína. El paquete de ayuda, aprobado la semana pasada en el congreso estadounidense, incluye 60 helicópteros Black Hawk y Hueys, entrenamiento por las Fuerzas Especiales, equipos de alta tecnología para inteligencia y comunicaciones y para visión nocturna. Las tropas colombianas, entrenadas por soldados norteamericanos, estarán encargadas de asegurar los cultivos de coca, para permitir la fumigación aérea y la destrucción de laboratorios clandestinos donde se transforman las hojas de coca en cocaína. Los rebeldes ya han prometido combatir la ofensiva, armando a los campesinos cultivadores de coca e incluso han hablado de usar misiles tierra-aire en el conflicto. "La guerrilla va a intentar todo que pueda para defender su negocio", dijo Montoya. Las operaciones militares se dirigirán desde Tres Esquinas, una base encaramada sobre el río que divide a Caquetá y Putumayo, dos departamentos del sur, que juntos producen dos tercios de la producción total de coca en Colombia. Incluso con la asistencia norteamericana, atacar en estas selvas a por lo menos 2.000 guerrilleros bien armados de las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), es un reto difícil para un ejército que en los últimos tiempos ha estado básicamente a la defensiva. Cientos de soldados y policías han muerto en los últimos cuatro años en ataques de las FARC. La derrota más humillante ocurrió en marzo de 1998, en El Billar, al este de Tres Esquinas, cuando las FARC asaltaron a un batallón contrainsurgencia, asesinando a 100 soldados y capturando unos 100 más. Estas debacles han convencido a Washington de que Colombia necesita ayuda contra las FARC.
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