La Asamblea Nacional de Diputados devolverá al Ejecutivo el proyecto de Ampliación del Canal de Panamá, para que se hagan correctivos más que todo en los niveles de control financiero de la propuesta y la divulgación de ésta por parte de los servidores públicos.
En realidad, la propuesta técnica presentada por la Autoridad del Canal para la construcción del Tercer Juego de Esclusas, el sistema de tinas paralelas y los trabajos de ensanches se mantiene. Igual situación se produce con el costo de la obra estimado en 5, 250 millones de balboas.
Los ajustes propuestos por los diputados son más que todo cosméticos y no entran en lo central del proyecto como son los costos y el financiamiento.
Salvo el quinteto que se opone a la ampliación y propone en cambio un megapuerto, y el banquero Alberto Vallarino, que sugiere elevar el sobrecosto a los peajes y alargar unos años más la construcción para evitar el endeudamiento de 2, 300 millones de balboas, pocas han sido las recomendaciones tendientes a mejorar el principal proyecto que registra la historia del país.
De igual modo la actual legislación panameña que limita el accionar legislativo frente al proyecto en cuestión, colocan una camisa de fuerza a la Asamblea, que debe ser un mero firmón frente a lo que presente el Ejecutivo.
No es que se dude de la capacidad de la Autoridad del Canal para preparar el proyecto de ampliación, pero en otros sectores de la sociedad panameña hay elementos pensantes que pueden hacer aportes significativos para mejorar cualquier propuesta.
Hay que darle la oportunidad a los mejores hombres del país para que eleven sus aportes y sus cuestionamientos para mejorar el proyecto y así ilustrar al pueblo, que al final del camino será quien deberá aprobar o rechazar la ampliación.