EDITORIAL
Revolución del libro
Ya son muchos amigos los que hoy están en casa, citando la canción infantil que dice: "De todos mis amigos, el libro es el mejor (...)", pues la II Feria del Libro en Panamá que se desarrolló por una semana, y finalizó ayer, cumplió las expectativas por arriba de lo esperado y ahora se puede hablar de verdadera revolución cultural.
Los panameños están prestando más atención a las obras literarias y esto, gracias a eventos como el recién finalizado en ATLAPA, donde había de toda clase de géneros para toda clase de edades e ideas.
El pensamiento mundial, plasmado en cada libro, ocupó su espacio en los 3,500 metros de exposición, un recinto que fue puesto a disposición de más de 200 casas editoriales, 10 librerías, 50 empresas distribuidoras de libros y nueve Cámaras del Libro de América Latina.
El lema de la feria: "Unidos por la cultura", se cumplió en su totalidad, pues en nuestro país, no se dan muchos actividades que se pueda pasar agradablemente en familia, en especial para deleitarse con obras como las que estaban en venta.
El evento que coincide con el año del Centenario de la República fue un regalo para todos los nacidos en el istmo y sus visitantes, pues la diversidad de escritores como el autor del Caballo de Troya, J.J. Benítez, completaron la exquisitez del baño cultural de siete días.
Panamá tuvo el placer de tener de invitado de honor a Colombia, un país hermano, que trajo más de cincuenta ofertas culturales que incluyeron manifestaciones literarias, plásticas, cinematográficas y musicales.
Nuestros autores panameños presentaron sus libros más recientes, entre ellos, Manuel Orestes Nieto, Pedro Prados, Rogelio Guerra Ávila, César Julio González, Javier Stanziola, premios Miró 2002, David Robinson, Vanessa Spadafora, Ovidio Díaz Espino, entre otros.
Otros autores de los más reconocidos e intelectuales nacionales como Justo Arroyo y Rosa María Britton, fueron los presentadores de obras literarias tanto de panameños como de los invitados internacionales de la feria que este año se convirtió en el boom de la cultura internacional desde el corazón de Panamá.
PUNTO CRITICO |
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