Dinamarca asumió ayer la presidencia en ejercicio de la Unión Europea con una agenda que dará prioridad a la inclusión de nuevos miembros y a los problemas de inmigración. El presidente danés, Per Stig Moller, expresó el interés de su gobierno por avanzar en el proceso de ampliación del club europeo.
"Tenemos la obligación histórica y moral de aprovechar esta oportunidad para consolidar la paz y crear progreso en Europa", dijo. Diez países de Europa Central y del Este, y algunos de la cuenca mediterránea están a las puertas de la Unión Europea, tras seis años de negociaciones, que deben culminar el diciembre, a tiempo para la cumbre de Copenhague.
Moller, partidario de la entrada de estas naciones, advirtió a sus socios europeos que "ha llegado la hora de prometer lo cumplido", dado que estos países han hecho muchos sacrificios para ser admitidos en la Unión.
Dinamarca toma el relevo de España, en un momento de especial complejidad para la UE, no sólo por el reto de la ampliación sino por los problemas de la emigración ilegal y los subsidios agrícolas, que dominarán los próximos meses de presidencia. |