CUARTILLAS
Infantil
 
Milciades A. Ortiz Jr.
Colaborador
La niña esperó que el semáforo estuviera en rojo, se acercó a una persona de edad madura, en un lujoso auto, y extendió la mano como pidiendo limosna. Con cara de malicia dijo: "'¿Quiere una....? Eso le cuesta... (tal cantidad)". Esto no lo he inventado yo, ni periodistas de España. Salió en uno de los variados reportajes publicados por la prensa panameña, hace meses. Supe que esa realidad fue una de las causas para que autoridades emprendieran una campaña contra la mendicidad infantil en los semáforos. La prostitución infantil no es nueva en Panamá ni en el mundo. Recuerdo en los años cincuenta o comienzos del sesenta, que la prensa divulgó noticias de conocidos políticos de Colón supuestamente estaban involucrados en esto. Claro que no aparecieron los nombres y se le "echó tierra" al asunto. Espero que en esta ocasión no ocurra lo mismo. Sobre todo, porque se habla de prominentes políticos metidos en esta sinvergüenzura. Lo que considero que ha estado mal es querer "tapar el sol con las manos". Aquí debo manifestar que no quedó muy bien parada la titular del Ministerio de la Familia, al querer restarle importancia a lo ocurrido, con el "san-benito" que los periodistas españoles trucaron (o falsificaron) las cosas. Eso de la prostitución de mayores es un secreto a voces en el país. Nada más tienen que hablar con algunos "botones" de lujosos hoteles, ciertos taxistas, y contestar avisos sugestivos que aparecen en los periódicos panameños, etc. Algunos consideran que por ser Panamá un "país de tránsito", debe permitir la prostitución como un "servicio turístico". Incluso otros puritanos indican que es mejor que los jóvenes briosos busquen prostitutas, a que anden violando a las hijas del vecino. El asunto es muy viejo, y en la Biblia se dice que la dama que estaba al lado de Jesús, se había dedicado al llamado "oficio más viejo del mundo". Pero, aunque haya defensores de la prostitución en todas partes, lo cierto es que al común de la gente (y los panameños incluidos), abochornan y escandalizan (horroriza), el que sean niñas (y niños, para que no nos acusen de machistas que no respetamos el género), los dedicados a esta actividad. No quiero ponerme a inventar explicaciones que justifiquen esto. Lo cierto es que la niñez está desapareciendo en algunos niveles socioeconómicos de nuestras sociedades. En los niveles de clase baja, pobre, los niños tienen que trabajar, otros caen en las drogas y el pandillerismo... y también en la prostitución. El hecho que se diga que altos políticos están en este sucio comercio sexual, ha servido para dar color y prominencia al hecho, que algunos anteriormente no hacían caso. Igual sucedió con la circunstancia que fueron periodistas extranjeros los que destaparon el "tamal". Si hubiesen sido panameños, ¡no les hacen caso! Por favor no confirmen eso de que "no hay peor ciego que quien no quiere ver". No se "limpien" con los periodistas, ya sean españoles o panameños, y actúen en contra de lo denunciado. No quiero ser pesimista, pero no me extrañaría que dentro de unos días el asunto quede en nada, o en poca cosa. A lo mejor la soga revienta por lo más delgado, y le echan la culpa a cualquier tonto, pero no sacar a flote los "monos gordos" implicados en esta denigrante actividad. Periodísticamente, lo que hicieron los colegas españoles fue un buen ejemplo de lo que se llama "periodismo investigativo globalizado". ¡Y todo el mundo se enteró de nuestros "trapitos sucios"...!
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