EDITORIAL
Confesiones y pugnas del PRD
La confesión de altos dirigentes del Partido Revolucionario Democrático (PRD), en cuanto a que su propuesta sobre el Fondo Fiduciario que ya es ley de la República, buscaba evitar la derrota de ese colectivo en los comicios del 2004, nos retorna a la realidad: la clase política panameña es la misma de siempre y no cambia de pensar. El PRD vendió su proyecto como una fórmula para evitar que se dilapidará el ahorro nacional que constituye ese Fondo alimentado con la privatización de las empresas estatales. Pero hoy día, la cúpula perredista pregona ante sus bases, que ganaron una "batalla" al evitar que el Gobierno echara manos a esos dineros, pero la principal preocupación no era que se esfumaran esos billetes, sino que el oficialismo hiciera una serie de obras, que al final afectarían la candidatura presidencial del PRD, en los comicios del año 2004. Por fin cuál era la preocupación principal. Ningún panameño sensato quiere que se despilfarre el Fondo Fiduciario, pero tampoco es correcto que se presenten propuestas, que esconden intenciones políticas. Al mismo tiempo, el voto conjunto del PRD y el Arnulfista ha desatado una lucha interna en las filas del colectivo opositor, entre las figuras que hoy se perfilan como precandidatos a la Presidencia de la República. El Alcalde Juan Carlos Navarro cuestiona a Martín Torrijos, si el PRD es gobierno u oposición, ya que se apoya con un proyecto salvavidas al arnulfismo, mientras el gobierno persiste en los despidos de funcionarios perredistas; sin embargo, Navarro hábilmente omite que la Alcaldía de Panamá tiene uno de los más altos porcentajes de destituciones. Aunque Torrijos goza, por ahora de mayor simpatía en las filas del PRD, en la actualidad Navarro tiene más capacidad de respuestas para las bases, o sea más oportunidad de colocar en el engranaje municipal a sus fichas, pero pronto el secretario general del partido tendrá también su espacio, de concretarse los arreglos con Solidaridad, para asumir el control de la directiva de la Asamblea Legislativa. En la pugna perredista, tampoco se puede descuidar la influencia del exmandatario Ernesto Pérez Balladares, quien todavía impone respeto, y puede inclinar la balanza para uno u otro lado en un momento determinado.
PUNTO CRITICO |
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