Lunes 29 de junio de 1998

 








 

 

MENSAJE
El águila que arrebató al niño

Hermano Pablo,
Costa Mesa, California

E
ra un día de campo en las cercanías de Corinto, Grecia, la misma Grecia donde en la antigüedad Faetón conducía la carroza del sol, donde Marte encendía la sangre bélica de sus veraneantes, y donde Venus hechizaba a las muchachas con sus galanteos.

La familia Paisanidis estaba de paseo cuando de repente una enorme águila bajo del cielo como un rayo y arrebató a su hijito de dos meses que dormía en una cesta. Fue un momento de pánico, de horror. Al bebé no lo hallaron sino varias horas después en la cima de un cerro y con las señales de las garras del ave en su cuerpecito, pero, felizmente, vivo.

Nunca pensó esa familia griega que de repente un águila fuera a bajar del cielo para darles ese tremendo susto y hacerlos sufrir horas de angustia. Sus presas son, normalmente, animalitos de tierra, ardillas, conejos, ratones, y a veces corderitos, pero esta vez el águila se arrojó sobre una criatura humana para llevársela a su nido.

Sabía usted que hay otra clase de águila que está siempre al acecho y que baja súbitamente a nuestro nido hogareño para arrebatar a alguno de nuestros hijos? Esa águila no tiene garras de ave, sino que viene en cajitas diminutas, en sobrecitos de apariencia inofensiva. La sustancia que contiene se le entrega a un niño, a una niña, quizás en su propia escuela, y aquello que parece ser un inofensivo polvillo resulta ser una droga que se apodera de ellos y los atrapa con más potencia que las garras de un águila.

Hay además otra águila arrebatadora. Es esa destructora idea amoral que dice que nada es bueno y nada es malo, la cual arrastra a los adolescentes convenciéndolos con frases como: "Todos lo hacen, por qué no tú también?", y: "La virginidad es anticuada; tú debes realizarte como mujer". Y el jovencito y la jovencita que recibieron, quizá, una buena formación espiritual y moral en la casa, caen víctimas de aquella filosofía humanística que pretende darle muerte al Dios de la Biblia para suplantarlo con las falsas doctrinas de la deidad humana.

Mi querido padre, mi querida madre, acérquese al Dios de los cielos, y busque el consejo espiritual, la fuerza moral, y la gracia salvadora que está en Cristo Jesús. El puede librar a sus hijos de las garras de toda áquila destructora. No pierda la fe.

 

 

 

 

 

CULTURA
Droga que evita la menstruación.

 

PORTADA | NACIONALES | OPINION | PROVINCIAS | DEPORTES | LATINOAMERICA | COMUNIDAD | REPORTAJES | EDICIONES ANTERIORES


   Copyright 1996-1998, Derechos Reservados EPASA, Editora Panamá América, S.A.