EDITORIAL
Ayuda a la Iglesia
Los católicos panameños no están apoyando adecuadamente a su Iglesia. Hace poco el obispo de Coclé, Urías Ashley advirtió la posibilidad de cerrar la diócesis, debido a que no se tienen los recursos para cubrir el funcionamiento de las parroquias y otros proyectos que se adelantan en la región.
Cada año se realiza la Campaña Arquidiocesana, pero lo colectado apenas cubre la mitad de las necesidades. Lo mismo sucede en la misa dominical, al momento de las ofrendas, estás son muy mezquinas.
Desde tiempos de Jesucristo se vislumbraba esto. Cierto día el Maestro de Maestros estaba en la Sinagoga y vio como las personas daban sólo lo que sobraba. De pronto se acercó una anciana y el Mesías vio como ella dio todo lo que tenía.
Debemos limpiar nuestros corazones y darnos cuenta de que si Jesús, a través de su iglesia nos regala muchísimas cosas, nosotros debemos sacrificar el bolsillo.
No debe ser algo obligado, sino que salga del corazón. Si Dios nos da la oportunidad de respirar día tras días, por qué somos tan mezquinos con su Iglesia.
Una Iglesia como cualquiera organización debe cubrir sus gastos de los servicios básicos de energía eléctrica, telefonía y agua potable.
También se adelantan programas de ayuda a los necesitados y otras actividades propias de las parroquias.
Muchos tratan de justificar si falta de apoyo económico a la Iglesia, alegando que prefieren ayudar a los necesitados directamente, sin embargo, llegan las deudas y los problemas financieros y no damos ni a uno ni a otro.
Esta falta de apoyo se aprecia más entre los católicos, porque en las congregaciones evangélicas los fieles son constantes en el diezmo.
Sin embargo, los católicos panameños a duras penas colaboran con las alcancías que se reparten durante la Campaña Arquidiocesana y se espera el último momento en que los colaboradores de las parroquias van a retirarla, para llenarla de los centésimos que encontramos en los cajones.
Dejemos el egoísmo atrás y más aún tratándose de nuestra iglesia, que en cien años de República nos ha acompañado en cada una de nuestras luchas y alegrías, bendiciendo cada una de nuestras vidas.
PUNTO CRITICO |
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