La familia del fútbol está de luto desde ayer, luego de la muerte del defensa camerunés Marc-Vivien Foe. Pero esta consternación no puede taparnos los ojos al fondo de lo sucedido. Sin decir que sea la verdadera razón de la pérdida, pues sólo la autopsia lo revelará, pienso que no es justo que los atletas sean tan exigidos.
La Copa Confederaciones es muy dura, son partidos constantes, uno detrás del otro y a veces los seres humanos olvidamos que no somos máquinas. Lo mismo es en los mundiales. Y más ahora que desean aumentar los equipos a 36.
Retornando al caso de Foe, quien falleció ayer en el terreno, nos deja pensando. Como ejemplo, en declaraciones del médico colombiano, Héctor Fabio Cruz, a EFE decía que los "sobreesfuerzos" pudieron agravar "una situación que el jugador tenía. Jugar tantos partidos tan seguidos es antifisiológico, pero no tiene por qué ser la causa. Es algo que él tenía y, lógicamente, todo influye; un sobreesfuerzo, el calor".
Recordemos que estos jugadores forman parte de sus selecciones y vienen de ligas exigentes, en el caso de Foe, la Premier de Inglaterra.
En España se juega la Liga, la Copa del Rey, en Italia el Calcio y Copa Italia, en Inglaterra la Premier y la FA, sumado a que los mejores de cada país el año anterior juegan Champions League o la UEFA. Y si sumamos las copas, las pre temporadas, los amistosos y eliminatorias con sus selecciones tenemos un jugador que se puede tirar fácilmente 70 partidos por año. Claro eso es allá en Europa.
Acá en nuestro país tampoco podemos pensar que por eso nos escapamos de una tragedia. Hay que tener cuidado con los atletas en general, quienes a veces entrenan sin nada en sus estómagos. Y me refiero a todos, desde los de la pequeña liga de barrio, hasta los que levantan pesas en un gimnasio.
Nuestros deportistas son los más sacrificados, pues la mayoría son de estracto humilde. Me pregunto ¿cuántos atletas del patio se acuestan con sus tres comidas?
Pero cuando ganan, los políticos los invitan a desayunar, a darles pergaminos, etc... Simples enemigos del deporte y amigos de la figuración... (no digo que sean todos).
Y es que la muerte de Foé deja muchas cosas que decir. Ojalá esta pérdida nos de una buena reflexión y veamos que la vida es lo más preciado en este mundo... Es el regalo más bello de Dios, pero como se dice: el Señor da y el Señor quita... Paz a su alma... |