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¡La cosa está dura...!, esta es la clásica respuesta de aquellas personas que esperan que el empleo le caiga del cielo.
Se quedan en casa. No friegan. No barren. Lo único que hacen es exigir que le sirvan los tres platos del día sin poner un real y sin saber cómo el jefe de la familia hizo para llevar el pan a la casa.
Los jóvenes de hoy deben ser más entusiastas. Deben tener más ideales para seguir adelante y no esperar que el Gobierno les resuelva su crisis.
Existen muchos empleos indirectos que pueden sacarle provecho. Pintar, cortar monte y lavar autos son algunas de las ideas, pero, para los que tienen algún tipo de capital semilla, pueden pensar en algo mejor, sólo hay que usar la mente y meterle ganas.
Si te la pasas esperando que te caiga del cielo ese trabajo, nunca te llegará si primero no le entregas tu vida a Cristo. El, con su misericordia, te lo dará, si se lo pides con fe. ¡Hazlo, pero hazlo ya!!! |
