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El gobierno boliviano espera una acción voluntaria de los campesinos. Foto AP |
El gobierno boliviano espera que los campesinos de Yungas, una zona de producción tradicional de coca en La Paz, reduzcan sus plantaciones voluntariamente, luego de la decisión oficial de suspender la eliminación obligatoria de cultivos ilícitos, informó la oficial Agencia Boliviana de Información (ABI).
Con ese propósito, las autoridades sectoriales recibirán a partir de hoy lunes las solicitudes de aquellos productores de coca que deseen beneficiarse con una compensación económica de unos 2.500 dólares por hectárea de cultivo destruida, además de acceder a programas colaterales de desarrollo agrícola, señaló ABI.
La administración boliviana tenía planeado eliminar unas 1.700 hectáreas de plantaciones ilegales durante el presente año en la región de Yungas, unas estribaciones cordilleranas de La Paz, donde el cultivo del arbusto por prescripción legal es permitido hasta una superficie de 12.000 hectáreas.
Un contingente militar de 750 efectivos fue desplazado a la zona la semana pasada con ese propósito, lo que motivó la reacción de los campesinos que se enfrentaron con los militares con un saldo de 20 heridos y amenazaron con medidas de presión si el gobierno no retrocedía en su política.
El conflicto motivó una orden directa del presidente Hugo Banzer el martes, para replegar los efectivos militares del lugar y suspender en lo que le resta de su mandato, que concluye en agosto de 2002, la erradicación forzosa de los c ilegales de coca.
Las autoridades bolivianas aseguran que pese a la oposición de los dirigentes campesinos, en Yungas existen productores de coca que quieren reducir sus plantaciones a cambio de los incentivos ofrecidos por el gobierno, y esperan llevar adelante el plan de erradicación de manera concertada con ellos. |