El hecho de llegar a la tercera edad no es sinónimo de abandono.
Y es que al igual que otras etapas de la vida, en la tercera edad debe fomentarse todo aquello que le ayude a formar un carácter independiente, básico para mejorar su autoestima y la realización de sus metas personales, para lo cual es indispensable atender dos aspectos primordiales: físico y psicológico.
Respecto al primero, un buen funcionamiento orgánico permite al anciano gozar de autonomía: arreglar su habitación, cocinar, bañarse y arreglarse impedirá que se le considere "una carga".
Contrario a lo que se piensa, el anciano no tiene por qué sufrir atrofia en su capacidad de movimiento, coordinación ni fuerza. La falta de práctica es, más bien, la causa de aparentes problemas. Como alternativas para lograr buen acondicionamiento físico, se cuenta con distintas opciones, que van desde la práctica de baile de salón a la caminata, pasando por el Tai-Chi Chuan y yoga.