Una pesadilla vivieron los cerca de 300 panameños que hicieron un sacrificio enorme para acompañar a la selección en este frustrado sueño eliminatorio.
Desde tempranas horas, los periodistas panameños que estaban cubriendo el color en las afueras del estadio, recibieron insultos, botellas de agua y comida.
En el interior del coliseo, las agresiones siguieron, es así que un fanático panameño de nombre Jaime Martiz, mejor conocido como "Tito Neón", recibió un botellazo que le provocó una herida en el rostro, la cual necesitó de la rápida atención médica de miembros de la Cruz Roja Salvadoreña.
"La afición salvadoreña es muy hostil, les gusta incitar a los turistas", manifestó Martiz.
"Recibí un botellazo en la cara, necesitaba puntos de sutura, pero me lo controlaron con unos puentes que me colocaron", agregó.