De las candidatas para alzar la Copa Mundial, la Argentina de Diego Armando Maradona (que hoy estrena nuevo capitán: Messi) y el Brasil de Dunga son las que mejores han hecho los deberes.
Holanda, aunque ya clasificada, no ha tenido una pegada convincente; Francia está desahuciada, su vida peligra, pende de un hilo y hoy podría quedar fuera; Inglaterra navega por aguas turbias que el mismo Fabio Capello dijo desconocer; Italia parece apostar más a su historia, que a su fútbol, la igualdad ante Nueva Zelanda dejó a la "Azzurri" con un pie en el abismo; Alemania confunde, su empate ante Serbia hizo que su arrollador debut ante Australia (4-0) pareciera cosa de espejismo.
Y España, la "madre de las favoritas", toca, triangula -aunque ayer se notó un tanto vulgar- pero erra demasiado a la hora del gol. De no haber sido por dos zarpazos de Villa (uno genial y otro con algo de suerte), hubiesen firmado tabla (0-0) con Honduras.
Mundial de locos... potencias europeas en aprietos... ¿Quién hubiera apostado que España llegaría a su tercer partido de la fase de grupos coqueteando con una hipotética eliminación?
Hasta el momento, Sudamérica, manda. Sus equipos andan por buen sendero. A los chispazos de "magia" de Argentina y la eficiencia de Brasil, hay que sumarles la entrega de Chile, el empuje de Uruguay y la solidez de Paraguay.
África ha decepcionado; Asia ha cumplido con su papel habitual y CONCACAF (con México y Estados Unidos como bandera) ha presentado batalla.
Y finalmente, ayer despertó la Portugal de Cristiano Ronaldo. Borró (7-0) de la cancha a Corea del Norte... Ojalá no se trate también de un espejismo.