Carmen Julia Vásquez Ponce fue una delgada mujer que nunca pesó más de cien libras, pero siempre tenía energía para pasear, fue como consiguió unas 30 excursiones vías área, marítima y terrestre a países latinoamericanos y europeos, antes y después de jubilarse en la Escuela de Contabilidad y Comercio Gastón Faraudo P.
Doña Carmen, con su modesto sueldo de trabajadora manual, ahorraba para viajar en sus vacaciones de verano, generalmente viajaba a crédito y pagaba a mensualidades para mantener su crédito y continuar viajando anual o semanalmente.
Tuvo oportunidad de conocer países como Chile, Argentina, Perú, Colombia, Ecuador y Venezuela, en Suramérica, sin olvidar nunca los recuerdos para los familiares. Esta inquieta doña de la tercera edad también viajó a Roma, donde conoció de lejos al Papa en 1976, año en que se jubiló; conoció así España, Francia, Italia y otras naciones europeas.
La incansable madre del comunicador Tavo también carnavaleó en Río de Janeiro, en donde bailó samba con los brasileños y regresó contenta porque era alegre y bailadora. Tan bailadora que en el verano de 1938, estaba embarazada de este servidor (Octavio) y después de los cuatro días, la noche del Martes la llevaron de los toldos en Barraza de urgencia con dolores de parto.
Ya para los años 90, en 1994, Carmencita acompañó a su hijo a una gira de presentaciones que realizó la Sociedad de Veteranos con sus bailes de salón o danzas de antaño; desde allí empezó a manifestar los primeros síntomas del mal de Alzheimer.
Con esta breve reseña de Carmen Vásquez, a los 92 años, entregó su alma al Creador el 15 de junio del año en curso, el cortejo fúnebre partió de la Iglesia de Piedra y fue enterrada en el Jardín de Paz.