El mandatario electo Ricardo Martinelli le mandó una mensaje a los empresarios de la Zona Libre de Colón: se acabó eso de estar subvalorando la mercancía.
Martinelli también anunció que se estará comprando un equipo para bloquear las llamadas de celulares en las cárceles, para que el menos no puedan estar dado órdenes desde la prisión para ejecutar tumbes.
Durante una entrevista en el programa "Debate Abierto", Martinelli también dijo que le daba pena ese montón de seguridad que utilizan los presidentes en sus movilizaciones. "Yo no estoy para esas vainas y todas esas cosas malas las vamos a cambiar", añadió.
Martinelli volvió a lanzar criticas a los directivos de la Caja de Seguro Social y calificó de "inmoral" que muchos de sus miembros tengan hasta 15 años de estar en ese puesto, y no hayan hecho nada para mejorar el sistema de atención a los asegurados.
También envió un mensaje a los que aspiran a dirigir la institución "tiene que ser un administrador no político, honesto, que sepa de tecnología y que no labore en la institución".
El mandatario electo habló de la justicia en el país y calificó a la Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia, como la peor de este Órgano del Estado por el exceso de mora que existe con casos de un alto perfil.
Destacó que la actual procuradora Ana Matilde Gómez no será removida de su cargo ni que se le haya ofrecido un cargo para que renuncie. "Ella cuenta con todo mi respaldo y confianza para mantenerse en el cargo".
Martinelli también dijo que espera tener buenas relaciones con Venezuela a pesar de las diferencias ideológicas y ofreció la embajada panameña en Caracas al perredista Pedro Pereira.
"Venezuela es un aliado natural y lo que piensen ellos y nosotros pensemos (en materia de ideas políticas), eso no significa nada", agregó.
Admitió que no ha contactado ni al presidente venezolano Hugo Chávez, ni al boliviano Evo Morales, quienes no figuran entre los nueve gobernantes que asistirán al acto de transición de poder.
También arremetió contra el presidente Martín Torrijos, señalando que su "falta de decisión y de carácter" en impulsar algunos cambios económicos y laborales ha complicado la ratificación del Tratado de Protección Comercial (TPC) con Estados Unidos, al que consideró "extremadamente beneficioso".