Mucho se ha hablado de Alessandra Mezquita, la Srta. Panamá para Miss Universo. Desde su vestuario hasta sus entrenamiento. Sin embargo, tras esta joven existe una batería de colaboradores, amigos y familiares que la han impulsado, aconsejado y asesorado en su camino. Uno de ellos, y quizás el menos conocido, es su padre, José Edmundo Mezquita, un reconocido neurocirujano del país.
Este médico, de 52 años, ha tenido que involucrarse en actividades en las que jamás pensó participar, todo por apoyar a su hija.
Su imagen es la de hombre severo. Su barba, teñida por la edad, y su alta estatura contrasta un poco con el tono pausado y tranquilo de su voz, como queriendo que sus palabras sean claramente comprendidas.
En medio de la conversación, esa imagen va cambiando, justo cuando empieza a hablar de su hija.
LA LLEGADA DE SU ANGEL
Confiesa que su hija llegó como si fuera mandada por el cielo. Después de dos hijos varones, la familia Mezquita deseaba tener una niña. Y, en 1983, el sueño se le hace realidad, nace Alessandra. "Desde pequeña, era muy traviesa, temperamental.. casi mal geniada. Quería hacer las cosas como ella quería.. Todavía lo es.. la esencia de ese carácter se mantiene", afirma.
Según este especialista, el carácter es heredado de él y de su esposa, la piscóloga María Lapadula de Mezquita. Ambos son profesionales y como tal se exigen mucho.
DE TAL PALO..
Práctica, objetiva, que trabaja una meta, romántica, soñadora, con ilusiones y planes de futuro, así describe este padre a su hija, de quien asegura heredó sus propias características.
Es que para ser neurocirujano, dice, uno tiene que tener un poquito de ilusión, de sueños, de fantasía, de lo que uno quiere llegar a ser.