Confieso que no sabía qué iba a encontrar. Pero siguiendo mi patrullaje de "turismo interno", decidí ese domingo ocho de mayo pasado, ir al Jardín Summit. Al menos todavía existe, principalmente creo que por el área destinada al Aguila Arpía. Ese sitio costó centenares de miles de balboas.
Hay fotos, películas, hasta huesos de aves. Unos guías explican lo importante que es conservar el águila.
El pequeño zoológico sigue deleitando a los niños, pero le falta orden y más animales. Recordé el zoológico particular. El Níspero, en El Valle de Antón, allí hay más animales que en el Summit.
Una de las cosas que me interesaba hace ocho años cuando lo manejaban los norteamericanos, era las placas explicativas que tenían sus exóticos árboles.
Ahora el tiempo ha acabado con muchas de ellas. Vi jaulas vacías, aunque se hacían esfuerzos por mantener limpia el área.
Ya no existen variedad de kioscos con comida ligera, algo que atraía a los visitantes.
En el ambiente se notaba que faltaba iniciativa y creatividad para hacer del Jardín Summit, el principal parque recreativo de la ciudad de Panamá.
Pero mi "turismo interno" no terminó en este parque, sino que volví a El Valle de Antón.
El sábado veintiocho de mayo en la noche, en la Iglesia de este hermoso lugar, se presentó el músico Danilo Pérez con un concierto de jazz.
La Iglesia vallera quedó chica. Muchos jóvenes y gente fue especialmente a El Valle para ver y escuchar a Danilo.
El concierto era para conseguir fondos y ayudar a los niños pobres de Panamá. El músico que ha conquistado Estados Unidos demostró gran una sensibilidad por los niños.
Horas antes, lo había visto en el almuerzo departiendo con su grupo y su familia. ¡Pero no todo es belleza en El Valle!
Me dijeron los del grupo que lucha por conservar las orquídeas, que hay gente que las están sacando de los cerros para venderlas a los turistas.
Con eso están dañando la existencia de esta delicada flor.
Recordé que años atrás los turistas compraban pajaritos, que comían naranjas. Cuando llegaban a la capital calurosa...¡se morían!