La conflictiva situación que vivimos por el rechazo de la reforma del sistema de seguridad social, pareciera haber reducido el interés por el proyecto que cambia la Ley Orgánica de la Universidad de Panamá.
El crecimiento económico y tecnológico que han tenido los países, plantea nuevas exigencias a las universidades y es su obligación, responder a tales requerimientos. En Panamá, es una obligación que tiene la UP; por ser cuna del sistema estatal universitario. Esto la hace levantarse como una herramienta de modernización que sirva de punto de referencia tanto en los análisis formales de los técnicos, como para el hombre común a fin de resolver las necesidades sociales de nuestro país.
El rector, Dr. Gustavo García de Paredes, señalaba que las universidades deben ser instituciones que contribuyen al desarrollo nacional y más allá que graduar profesionales, tienen que prepararlos para provocar cambios. Esto es cierto, pero para muchos, las universidades tienen la suprema responsabilidad de cimentar en los estudiantes, un crecimiento moral que los guíe en su actuar durante su vida laboral profesional.
La sociedad debe tener acceso a proyectos de calidad académica que le sirvan de referencia confiable. Dónde están las recomendaciones sobre el déficit de los programas de la Caja de Seguro Social, del ensanche o no del Canal, del transporte público o del más adecuado sistema de salud para el país.
El Estado, tiene que establecer las bases de un sistema universitario estatal, que mire los desafíos por delante. Debe formar una universidad que piense lo que en Panamá se necesita, en los problemas urgentes de la sociedad e incluso, de las comunidades.
Sin embargo, la Universidad de Panamá no puede terminar siendo una institución con tan precaria situación económica, que sólo atiende a los más pobres, de tal forma que el paso de los grupos con menos recursos económicos, no signifique mejorar su influencia en la sociedad. La universidad debe constituirse en una alternativa real para el ascenso social de todos los panameños.
