A dos días de la Cumbre de Bruselas, la Unión Europea (UE) quedó el martes al borde de una crisis económica, que se sumaría a la política creada por el rechazo a su Constitución, luego de que el primer ministro británico Tony Blair manifestara "profundas diferencias" con el presidente francés Jacques Chirac sobre el prespuesto comunitario 2007-2013.
Blair se convirtió en el eje de las negociaciones finales para evitar una nueva crisis en la Unión Europea, pero tras sus entrevistas del martes con el presidente en ejercicio de la UE, Jean-Claude Juncker, en Luxemburgo, y con Chirac en París, el margen de acuerdo parece cada vez más estrecho.
"La reunión con el presidente Chirac fue amistosa, pero hay un desacuerdo profundo y creo que será difícil zanjar esas diferencias", dijo Blair en una conferencia de prensa en París, en referencia al "financiamiento futuro" de la UE.
Antes, en Luxemburgo, Blair reiteró su firme oposición a una revisión del denominado "cheque británico" (un reembolso en sus aportes a las finanzas comunitarias que recibe el Reino Unido desde 1984) en el presupuesto europeo 2007-2013, tal como pretende la presidencia de la UE y la mayoría de los Estados miembros, encabezados por Francia.