Un ruido desesperante la despierta, son las 4:30 de la madrugada, aún sin ganas se levantarse de su cama; despierta a sus niños, mientras prepara el desayuno y lee en voz alta el plan del cual se pasó estudiando toda la noche con su hijo.
A duras penas termina de arreglarse para asistir a su trabajo, a pesar de ya estar cansada debe lucir regia, para comenzar un día de dura faena. Problemas en el trabajo y con el esposo, para luego llegar a su casa a cocinar, ayudar a los niños a estudiar y dejar la casa limpia. Esta es la rutina de miles de madres de familia, que sólo por fortaleza no caen, y sólo buscan escaparse un rato de su vida cotidiana para dedicarse unos minutos.
Y para muchas sentirse mejor es hacer algunas visitas a los centros comerciales, así sea para irse de "widows shopping" como le llaman a ir de compras sin llevarse nada para la casa.
Según la psicóloga, Marta Cáceres ir de compras es una de las terapias más utilizadas por las mujeres, es más , asegura que éste es un proceso común, que muchas veces alivia depresiones y desestreza.
Asegura que esta es una forma de llenar un vacío emocional; ya que hay días que las mujeres amanecen con ganas de ser amadas y ellas mismas se consienten y se regalan premios que añoran, ya sea un prenda bonita o un perfume.
"Suele ser un proceso un tanto egoísta, pero, por otra parte, darse un gusto de vez en cuanto, eleva el autoestima y eso es importante", asegura la psicóloga.
También manifestó que hay personas que hacen esto muy a menudo y no tienen problemas, mientras que otras caen en el exceso y se convierten en compradores compulsivos y el problema suele ser mayor, que el remedio.
En un estudio de varias universidades se constató que estar triste no sólo hace que la gente compre cosas, sino que gaste.