"La liberad, cuando no se trata de un eufemismo, es el primero de los valores democráticos". Así concluyó Juan Carlos Navarro, entonces Director de ANCÓN, delante de 14 expedicionarios a 2, 852 metros sobre el nivel del mar. Una semana después, la prestigiosa revista Time de los Estados Unidos, lo seleccionaría como uno de los cien líderes jóvenes, más prometedores del planeta en el milenio. Han pasado más de 16 años de esta conversación y nos parece que fue ayer.
La revista Time, no se equivocó con la distinción de esos 100 líderes jóvenes prometedores, tenemos noticias que muchos de ellos en Asia y Europa, viven ocupados por el bienestar de sus países. Acá muchos acreditan al nuestro, el haber dado nacimiento a la libertad de una actitud poco conocida en el Istmo hasta ese entonces: El amor a la Naturaleza. Juan Carlos despertó en muchas personas, sobre todo en la juventud ese interés tan necesario en la defensa de nuestro patrimonio natural. Luego el destino y su tesón lo llevaron a la Alcaldía en donde por diez años ha demostrado capacidad política, trabajo y una armonía impresionante con los ediles de diferentes partidos políticos en los 21 corregimientos. Y, es que los principios cristianos y democráticos de Juan Carlos, fueron impactados desde Francia, en donde culminó cuando joven, algunos de sus estudios.
Recordamos, aquella noche en los bosques nubosos de Cerro Santiago, cuando Juan Carlos habló de un famoso cuadro del palacio de Louvre, creado por Delacroix, pintura en donde la libertad guiaba al pueblo y que por eso para él, la democracia era al mismo tiempo su origen y su meta y que sin ella de poco servirían la igualdad a que se refieren los extremistas de izquierda sobre las oportunidades para los seres humanos. Países vecinos sufren tendencias totalitaristas. Juan Carlos a diferencia de esos peligrosos áulicos del terror, es una garantía sólida para la libertad, el desarrollo y la democracia en Panamá.