Era niña y tenía dos o tres días de nacida, pero por mandato de su propia madre fue enterrada en un hueco que cavó el abuelo dentro de una rural vivienda ubicada en Vista Hermosa 2, corregimiento de Pedregal. Aparentemente, la madre viajó desde Boquete para llevar a cabo el acto.
El cuerpecito fue envuelto en una toalla y estaba enterrado a pocos centímetros de profundidad, justo en la entrada de la precaria vivienda hecha con zinc, palos y pencas, donde habita Julián Molina, de 73 años, en compañía de sus perros.
Lo único que se sabe de la madre de la criatura, según información del propio Molina, es que se llama Doris Molina, y que se presentó el lunes a las 10:30 de la mañana con la niña muerta y le pidió que la enterrara.
ALGUIEN LA VIO
Una testigo del hecho manifestó que ayer, a eso de las 10:00 de la mañana observó cuando una mujer de unos 25 años llegó a la casa del señor Molina cargando unas bolsas en sus manos.
"La muchacha traía una bolsa en cada mano, de esas de "Winie Pooh" que se compran para cargar las cosas", relató asombrada la testigo.
Aseguró que la muchacha vestía un pantalón azul y un suéter rojo y nunca la habían visto por el área, pero sí notaron una actitud sospechosa lo que generó desconfianza en algunos vecinos.
CON LAS AUTORIDADES
La corregidora de Pedregal, Anayansi González, señaló que en horas de la tarde se le dio aviso a la Policía sobre el supuesto entierro de un bebé, por lo que acudieron al lugar para verificar la información y se encontraron con el señor Julián Molina, quien luego de un interrogatorio confesó que había enterrado a su nieta en el interior de la casa.