Los legisladores no están haciendo bien su trabajo. Esto no es nada nuevo, pero lo que causa mucha preocupación es que no están tratando de forma profesional el tema de la discusión del presupuesto del Canal de Panamá.
El mes de junio es definitivo para que este presupuesto sea aprobado, pero los días van pasando y lo que hay en la asamblea es más aire que gente hablando y debatiendo. La razón es simple: los legisladores no están asistiendo a las sesiones.
Esta situación pone en peligro las operaciones de la octava maravilla del mundo porque, de no aprobarse antes del 30 de junio, no habría dinero para enfrentar el año fiscal del próximo año; es decir, no estaría a disposición de los administradores de la vía acuática los B/.1,061 millones que se necesitan para mover la maquinaria que da servicio al mundo.
La semana pasada el proyecto de presupuesto presentado por la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) quedó suspendido durante su discusión en primer debate por falta de quórum. Esto demostró el grado de responsabilidad y de interés de los legisladores, principalmente del oficialismo.
La situación no es para tomarla a la ligera, pues la norma constitucional y legal que ordena el funcionamiento del Canal de Panamá dispone que el presupuesto debe aprobarse antes de la fecha de cierre del actual período de sesiones ordinarias, que es el 30 de junio para que entre a regir a partir del 1 de octubre del presente año hasta el 30 de septiembre del 2005.
Es inconcebible que estas cosas ocurran en nuestro país, sobre todo por ser un tema tan sensitivo como lo es el funcionamiento del Canal de Panamá, uno de los símbolos de nuestra nacionalidad. Ojalá los llamados padres de la Patria entiendan que los intereses de la Nación deben ser atendidos cuando ella lo reclame.