Actualmente 20 millones de personas conviven diariamente con artritis reumatoide en todo el mundo.
La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmunitaria, en la que un fallo de programación vuelve al organismo contra sus propios tejidos. En lugar de combatir los microorganismos o antígenos potencialmente nocivos, el sistema inmunitario identifica partes del propio cuerpo como "extrañas" y las ataca.
De esta manera se provoca inflamación, congestión y dolor en las articulaciones (mano, pie, rodilla, codo, hombro, muñeca y tobillo). En estados más avanzados la inflamación se vuelve crónica, las articulaciones se deforman y se destruyen. De igual manera, los músculos adyacentes a las articulaciones se atrofian, debilitan y aparecen como consecuencia, los nódulos subcutáneos. Por esa razón, la detección temprana de la enfermedad es fundamental para combatirla.
EXPERTOS HABLAN
Un panel de expertos de Roche determinó los 10 mitos más frecuentes de la artritis reumatoide (AR).
Mito 1: La artritis reumatoide afecta sólo a los adultos mayores.
Realidad: La artritis reumatoide se presenta en cualquier grupo étnico, a cualquier edad.
Mito 2: La AR se presenta sobre todo en personas de 60 años o más.
Realidad: La AR afecta mayormente a las personas entre los 30 y 50 años. Razón por la cual es importante realizarse un examen diagnóstico si están presentes los síntomas principales (rigidez matutina, hinchazón y dolor).
Mito 3: La AR afecta por igual a hombres y mujeres.
Realidad: Ser mujer es un factor de riesgo para la AR. Las mujeres presentan mayor incidencia de la enfermedad.
Mito 4: Fumar no afecta las articulaciones.
Realidad: El fumado es un factor de riesgo para la AR.
Mito #5: La AR no es hereditaria.
Realidad: Tener historial familiar de artritis reumatoide es un factor de riesgo.
Mito #6: La AR es reversible.
Realidad: Una vez que el daño articular se ha producido, este es irreversible. Una intervención quirúrgica puede restablecer las articulaciones deformadas pero los tejidos adyacentes sufren un daño irreparable y en consecuencia, el paciente no podrá recuperar su movilidad completamente.
Mito #7: El daño sólo se produce en las manos.
Realidad: La AR se produce en mano, codo, rodilla, pie, hombro, muñeca y tobillo. Una vez que la inflamación se vuelve crónica, las articulaciones se deforman y se destruyen; como resultado, los músculos adyacentes se debilitan y se atrofian.
Mito #8: El daño de la AR es exclusivo de las articulaciones.
Realidad: La AR es una enfermedad sistémica. No sólo aparece en articulaciones, también provoca daño de otros órganos como pulmón, riñón, ojo, corazón y vasos periféricos adyacentes.
Mito #9: La AR avanza paulatinamente.
Realidad: La artritis reumatoide puede ser transitoria o crónica. Puede pasar por períodos de inactividad o de recaídas alternas.
Mito #10: La AR es un padecimiento aislado.
Realidad: Entre las manifestaciones extra articulares de la AR se encuentran la fatiga, la anemia, la osteoporosis y las enfermedades cardiovasculares.
UN TRATAMIENTO EFICAZ
Un tratamiento adecuado puede detener el avance de la enfermedad y controlarla.
Estudios recientes (Option, Toward, Radiate, Stream) practicados en todo tipo de pacientes con artritis reumatoide en el mundo demostraron la eficacia de ACTEMRA en la mejoría del dolor articular, control de la fatiga y aumento en las tasas de remisión de la enfermedad. Los resultados se empezaron a observar rápidamente, tras 2 semanas de uso.
Según se demostró, Actemra tiene un efecto rápido, potente e integral en los pacientes. El medicamento inhibe la progresión del daño articular, con tasas consistentes de remisión y un aumento significativo de mejoría a mayor tiempo de uso.
Actemra actúa inhibiendo la IL-6 (Interleukina), una sustancia responsable de la mayoría de la inflamación aguda y crónica de la artritis. Como consecuencia, se logra controlar la evolución de la enfermedad y mejorar considerablemente los síntomas asociados. Previo a Actemra no existía un medicamento que realizara dicha función y lograra los resultados obtenidos ahora.
Los especialistas recomiendan estilos de vida que se adapten a la realidad del paciente con AR, de manera que se les facilite su vida diaria y estos se sientan independientes e integrados a la sociedad.