El poder económico criollo es, en gran medida, parte responsable que mueve la ola delincuencial en Panamá. En menos de 20 años, Panamá viene creciendo de forma escandalosa. La inyección de capitales sucios penetra la plataforma de nuestra economía y es una de las responsables de la ola criminal actual.
La ola de violencia tiene una raíz en los grandes lavadores de dinero, instalados en las diversas esferas sociales en Panamá. Un sector del stablisment financiero integrado por bufetes de abogados, contadores públicos, corredores de aduanas, bienes raíces, bancos locales e internacionales, se ha desviado de la ley y están facilitando el macronegocio de lavado de dinero, actividad que el Estado Nacional no ha podido controlar.
Fue en 1986, durante el gobierno militar, cuando se pasó la primera ley en contra del lavado de activos en Panamá. El stablisment financiero criollo de la época se opuso, ya que antes de ésta no era delito el blanqueo de capitales a Panamá.
En este escenario, el Estado está obligado a actuar con firmeza, valentía y aplicar contramedidas que impongan un alto a esta parte de la ola delincuencial organizada.
Hay una ecuación criminal: suben drogas al Norte cruzando nuestros mares y cielos, bajan del Norte los millones de dólares producto de las ganancias de la venta de drogas. Parte de estos capitales se lavan en Panamá aprovechando nuestras leyes liberales, sistema bancario, zonas libres y abogados. En fin, Panamá mantiene un sistema y estructura financiera muy bien organizada, cuyas facilidades son aprovechadas para los negocios ilícitos.
SOLUCIONES INTEGRALES:
Las soluciones integrales son todas las medidas y contramedidas que el Estado panameño tiene que desarrollar para erradicar esa ola criminal, en todas las direcciones para arriba y para abajo, no sólo golpeando a la canalla, a los jefes de bandas de Colón, San Miguelito o Curundú. Estos actores sociales son una parte de la ola delincuencial, la otra parte son los delincuentes de cuello blanco con su poder económico y político; que aplican sus influencias judiciales, controlan Juntas Directivas de negocios fachadas en todos los sectores económicos del país.
Cuando en Panamá capturen a banqueros, abogados, corredores de bienes raíces, ex funcionarios de la administración de justicia y empresarios "exitosos", pedidos en extradición por los Estados Unidos, entonces podremos hablar de soluciones integrales.
El caso Manuel Antonio Noriega es un precedente poderoso sobre la posibilidad de que panameños puedan ser enviados a los Estados Unidos, cuando sean pedidos en extradición. Estas son parte de las soluciones integrales. Hay que hacer los cambios constitucionales necesarios para incluir la extradición de panameños a Estados Unidos. Si para Noriega fue bueno, violándose la Constitución vigente; ahora también es buena esta medida para comenzar a aplicar contramedidas enérgicas. La ola delincuencial organizada se reduciría con estas medidas.
Después de la invasión militar de 1989, en el único tema de Estado que los cuatro gobiernos democráticos coincidieron, y que no hubo variantes, fue en desarrollar medidas financieras para lograr el famoso "Grado de Inversión". Pero en el tema de la inseguridad no hubo acuerdos ni interés de la clase política, al servicio del stablisment financiero-económico, porque saben que ellos son parte del problema.
Las "soluciones integrales" pasan por controlar el macronegocio de lavado de dinero y represión del narcotráfico. La guerra a la ola delincuencial es total. Pero no ha habido un sólo gobierno democrático que, ni tan siguiera, haya incluido este tema en sus planes de gobierno.
Pero falta un gobierno que se atreva a aplicar estas "soluciones integrales". La justicia es para los hijos de la cocinera y ¿por qué no para los "honorables", "dones", maleantes de cuello y corbata? Todos somos ciudadanos de Panamá.