Continuábamos con la parte final de este artículo dedicado al pintor Tomás Cabal.
Isaías Garcías Aponte también señala que: Cabal es uno de nuestros más significativos paisajistas; luz y color son los elementos determinantes de ese mundo de lo visible. (..) fue siempre un pintor de la intimidad. Él pintaba por la satisfacción espiritual que ello le brindaba y no por la fama que ello podía procurarle.
El Museo de Obaldía cuenta, entre sus colecciones de arte, con algunas obras del pintor Tomás Cabal Barros. La mayoría de sus producciones se relacionan con el paisaje de las tierras altas de Chiriquí.
Las obras de don Tomás Cabal son, por lo general, pinturas al óleo sobre tela y al óleo sobre papel fotográfico, en cuadros de dimensiones regulares. Se distingue una rica policromía, esmerado gusto artístico y dominio de la técnica y la pintura muralista y figurativa.
En nuestras gestiones por tratar de enriquecer el fondo y colecciones de arte del Museo de Obaldía, logramos que su esposa, doña Beatriz Miranda de Cabal, donara dos paisajes pequeños y otras dos pinturas de paisajes de medio tamaño. Una de ella incluye una figura femenina que aparece en mucha de sus pinturas, o sea, rasgos del estilo figurativo.
También hicieron aportes de obras pictóricas de Cabal la señorita María Jilma de Obaldía y la maestra Olimpia Bucharel de Wald.
La primera donó un paisaje donde se muestra el cerro de La Pelota (Cerro Punta), y la otra, una Virgen Inmaculada. Otros datos interesantes sobre este artista es que el pintor logró producir alrededor de mil cuadros, obra que en nuestra historia del arte no había logrado hasta esa fecha, artista alguno en Panamá.
Esto lo singulariza como un artista fecundo y de sustanciales aporte en el desarrollo del arte y la cultura provincial y nacional.
Podemos decir que su obra es una de las más representativas del arte y la pintura en Chiriquí. Logró Cabal crear y mostrar en ese género del arte, señales palpables de evolución, pues no sólo pintó paisajes, sino también trabajos donde se incluían figuras humanas. No obstante, don Tomás Cabal rechazó ejecutar la pintura del retrato; sin embargo, en algunas de sus obras pictóricas, como se indica anteriormente, aparecen figuras humanas femeninas, detalle que pudo representar, quizás, una etapa de transición dentro de su obra artística.
Doña Beatriz Miranda de Cabal y sus hijos Álvaro Cabal y Marcela Cabal de Díaz conservan un número plural de pinturas al óleo de diversos tamaños y cuentan además, con una colección de miniaturas, las cuales muestras algunas motivaciones surrealistas.
En las pinturas surrealistas de Cabal, éste desdibuja la figura humana, lo que da a su obra otra perspectiva artística. Hay que anotar que el pintor Cabal no firmó ni fechó sus pinturas, por lo que se hace más difícil el estudio y análisis de su obra.
No obstante, una de las pinturas del artista con que cuenta el Museo de Obaldía conserva la firma del autor: "Cabal", quien fallece el 12 de mayo de 1966.
En el Libro Cien Años de Pinturas, también dedican un espacio al pintor Tomas Cabal y que transcribimos en su totalidad.
Contemporáneo de Rubén Villalaz, tenemos la figura de Tomás Cabal Barros, quien nace en Valladolid (España) el 29 de diciembre de 1897, y arriba al Istmo en calidad de Sacerdote, radicándose en la provincia de Chiriquí.
Realizó estudios de pintura en la Academia de San Fernando, en Madrid, los cuales alternó con su vocación en el Seminario Mayor. Arriba al país en 1925 y luego de algunos años de ejercicio abandona la vida sacerdotal para fundar familia en la comunidad de Dolega y dedicarse a su vocación poética y pictórica.
Paisajista de una rica paleta dedica la mayoría de sus trabajos a exaltar las tonalidades y la riqueza cromática del paisaje chiricano, con sus contrastes vegetales y la fractura del terreno. Hombre de profunda religiosidad se esfuerza por captar en la naturaleza las manifestaciones del espíritu divino para plasmar en el lienzo, con ese juego entre la luz y el color, la presencia de esa gracia superior a la cual dedicó su vida. Sobre su obra dice Isaías García: "Luz y color son los elementos determinantes de ese mundo de lo visible; luz y color son los elementos que le darán a su pintura esa cautivante cualidad de espontaneidad y de frescura: Con esos elementos se entregó a captar o, mejor aún, a traducir todo aquello que se estremece y palpita en la naturaleza".
Muerte Tomás Cabal en su entrañable Dolega el 12 de mayo de 1966, dejando como legado una honorable familia y una obra de creación que empieza a ser reconocida por su calidad y pureza.
Eternos agradecimientos al pintor Manuel Montilla por su colaboración.
Detalles
En las pinturas surrealistas de Cabal, éste desdibuja la figura humana, lo que da a su obra otra perspectiva artística.