Tanques y soldados de Israel entraron ayer en la ciudad cisjordana de Naplusa e impusieron un toque de queda, al mismo tiempo que detenían a miles de palestinos en un vecino campamento de refugiados, como parte de una búsqueda de militantes.
Al mismo tiempo, un palestino armado fue muerto a tiros en un lugar cercano tras infiltrarse en un asentamiento judío.
La incursión israelí ocurre mientras los diplomáticos conversaban con dirigentes palestinos e israelíes, en busca de alternativas para poner fin a 20 meses de violencia. A pesar de la redoblada actividad diplomática, no había señal alguna de iniciativas de paz.
Israel, que ha realizado acciones militares casi diariamente en los poblados palestinos de Cisjordania, dijo que ingresó a Naplusa y al cercano campamento de refugiados de Balata por recientes ataques cruentos.
El dirigente palestino Yasser Arafat, denunció las incursiones, las cuales dijo eran "el mensaje de Israel a todo el mudo y la prueba de que no quieren llegar a ningún acuerdo o solución política".
Las tropas de Israel ingresaron a Naplusa en unos 100 tanques y transportes blindados de personas, dijeron palestinos, aunque su principal blanco era el campamento de Balata, bastión de la Brigada de Mártires Al Aqsa, la cual tiene nexos con el movimiento Fatah del dirigente palestino Arafat. |