Domingo 30 de mayo de 1999

 








 

 


EDITORIAL
La amenaza del SIDA

Más de 300 víctimas se han registrado actualmente por el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, enfermedad mortal conocida como SIDA, mientras 50,000 desconocen estar infectados por el virus de este letal flagelo que azota a la humanidad.

Las cifras son alarmantes y las proporciones de nuevos enfermos crecen sobre la base de la promiscuidad que no han superado una serie de ciudadanos panameños. Ahora son los heterosexuales los potenciales candidatos a contraer esta enfermedad que está diezmando a muchas poblaciones en el mundo que se muestran impotentes para combatir rápidamente la enfermedad.

Las recientes manifestaciones contra la administración del Seguro Social por pacientes con SIDA debió alertarnos y tomar medidas de emergencia y heroicas para desarrollar una campaña agresiva contra esta enfermedad. Sin embargo, muchos panameños siguen con su vida licenciosa y adúltera, además de que siguen frecuentando cantinas y lupanares en áreas de dudosa reputación con la creencia errada de que sólo el SIDA lo transmiten los homosexuales.

Hay mucho de culpa en la educación y el comportamiento del panameño que por un malentendido machismo se resiste a tener relaciones con su pareja única y prefiera hacer ostentación hasta con alternadoras que no pasan "clínica" y son foco de contagios.

La educación sobre enfermedades contagiosas se ha manejado como un tabú y el propio preservativo, llamado Condom, era visto con cierto prejuicio por la sociedad panameña, cuando es el apellido del descubridor de este elemento plástico protector.

El panameño tiene que cambiar pues, de hábitos y actitudes. Llevar una vida más sana tal como lo manda la moral cristiana. La amenaza del SIDA está latente y no se trata de fuegos artificiales sino de un problema real que puede devorarnos si no tomamos las precauciones de rigor. Esta apocalíptica enfermedad todavía no tiene cura por lo que debemos estar preparados para hacerle frente. La paciencia de los médicos aún no se agota. Pero debemos desarrollar la comprensión y tolerancia con los pacientes y buscar fórmulas que por lo menos sean un paliativo para la enfermedad porque estos ciudadanos, difícil es expresarlo están condenados a muerte aún estando vivos.

 

 

 

 

 

AYER GRAFICO
Dirigentes del Partido Laborista Agrario ven su destino histórico en el APRA


CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, no doy ejemplo de fe a los más jóvenes


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