Domingo 30 de mayo de 1999

 








 

 


Los panameños no están ahorrando y viven endeudados

Omar Wong Wood
Crítica en Línea

Estudios económicos detallan que los bancos y las financieras están poco a poco tirando sus armas de defensa al piso para aumentar sus ganancias indiscriminadamente.

Entre esas condiciones están otorgar préstamos sin requisitos exigentes a plazos exageradamente largos. Condiciones que se pueden convertir en una "arma de doble filo" porque que supuestamente dará a los banqueros y financieros dinero a "tutiplén" en un largo tiempo, pero en un periodo de diez años podrían convertirse préstamos incobrables.

La consigna es poner a producir lo que no produce depositado, todo pasivo en la bóveda solo ocasionan pérdidas. Hay que colocar los depósitos fijos, plazos fijos y ahorros corrientes. Estos son rubros que ayudan a la consolidación y liquidez económica de un banco pero podrían convertirse en pérdida si no se administran adecuadamente.

Por ejemplo, según Manuel De Almeida, asesor económico de la Comisión de Libre Competencia y Asuntos del Consumidor (CLICAC), la repentina quiebra del Banco Agroindustrial y Comercial (BANAICO), se debió en gran medida a que la política crediticia de la entidad, la cual era otorgar préstamos a sujetos sin créditos quienes, por un préstamo de 2 millones de balboas ponían solo 200 mil balboas de garantía.

Explicó que la crisis de los mercados bursátiles de Asia inicio precisamente con un fenómeno similar a que hoy atraviesa la banca y las financieras nacionales y por la que quebró BANAICO. La banca asiática inició un periodo de otorgamiento de créditos sin el suficiente respaldo, lo que ocasionó un colapso en la relación egreso-ingreso y como consecuencia inmediata muchos cerraron.

Pero parece que la experiencia asiática aún no causado la suficiente preocupación en le mercado bursátil nacional, a lo mejor será porque Panamá es internacionalmente reconocido por su aparente estabilidad financiera que logra de bancos importantes del resto del mundo depositen aquí grandes sumas de dinero cuando sus mercados naturales atraviesan por problemas.

María de Diego y su esposo Carlos ya se han jubilado. A sus más de 65 años de edad, nos cuentan que antes era un problema que un banco o financiera les ofreciera un préstamo y cuando se lo daban se tardaban hasta tres meses para aprobarlo.

Pero ahora cuando necesitan dinero van a su financiera de confianza, los tratan como reyes y en menos de lo que canta un gallo tienen su dinero en el bolsillo, siempre y cuando tenga capacidad de descuento. Y así mismo pasa con los bancos.

Hasta hace unos años atrás la banca panameña se dedicaba casi exclusivamente, salvo ciertas excepciones, al mercado comercial e hipotecario; sin embargo luego de los problemas políticos y económicos por los que atravesó el país y por abaratamiento del mercado de casas y edificios de apartamentos de lujos se vieron en la necesidad de expandir sus mercados. Ahora están luchando por el mercado de préstamos personales y jubilados que antes solo ocupaba las financieras.

La competencia ha roto las barreras del entendimiento, y algunas financieras y bancos que antes solo prestaban a plazos de 38 meses ahora otorgan plazos de hasta 150 meses, lo que según el comisionado presidente de la CLICAC, Rafael Carles, a largo plazo se podría crear una cartera morosa si las entidades bancarias no aumentan sus requisitos.

Explicó que tomando el denominado Interés Fluctuante, que no es más que la posibilidad de que el interés inicial por el que el consumidor pactó un préstamo, aumente de acuerdo con la situación financiera nacional e internacional, las cuentas se pueden tornar incobrables, al igual que el periodo de antigüedad de las mismas que aumentarán.

Por ejemplo: un préstamo que un cliente debería pagar en 70 meses ahora se cobrará en 120. En ese tiempo el interés aumentó, lo que tampoco le conviene al consumidor que tendrá que pagar más.

¿Cómo se establecen los intereses bancarios? Con la Taza de Interés Prime, que funciona a escala mundial, y se calculan de acuerdo con la inflación, déficit y la situación económica de los grandes mercados del mundo.

Para aminorar los efectos de este fenómeno debe darse en el ámbito general de la población beneficiaria de crédito un mejoramiento de los salarios o de la economía en general.

También influye en este fenómeno la incidencia del periodo de cambio de trabajo, que indica que alrededor del 78 por ciento de los trabajadores cambian de trabajo cada cuatro años, lo que solo se traduce en que un porcentaje alto de prestatarios dejará de pagar, aunque exista la figura del fiador.

De acuerdo con el comisionado Carles la economía panameña está fundamentada en un consumo ficticio que no tiene fundamento porque el consumidor todo lo debe.

El problema llegará cuando por la diversidad de ofertas de préstamos el consumidor pierda capacidad de adquisición, y como consecuencia no pueda hacerle frente a las primeras necesidades, y como un boomerang las entidades financieras no puedan cobrar sus activos.

 

 

 

 


 

Entre esas condiciones están otorgar préstamos sin requisitos exigentes a plazos exageradamente largos. Condiciones que se pueden convertir en una "arma de doble filo" porque que supuestamente dará a los banqueros y financieros dinero a "tutiplén" en un largo tiempo, pero en un periodo de diez años podrían convertirse préstamos incobrables.

 

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