El número provisional de personas muertas en el terremoto de 6.2 grados de magnitud que sacudió el sur de la isla de Java el sábado ascendió a 5, 162 personas, además de haber unos 200, 000 desplazados.
Según los datos actualizados por los equipos de rescate de esta ciudad javanesa, 3, 490 personas han perdido la vida en la zona de Yogyakarta y otras 1, 672 en el vecino distrito de Klaten, en Java central.
La ciudad más afectada es Bantul, al sur de Yogyakarta, a unos 450 kilómetros al sureste de la capital indonesia.
Agua potable, tiendas de campaña y material sanitario son las principales necesidades en las áreas devastadas, adonde hoy se han incorporado en las tareas de ayuda humanitaria numerosas organizaciones internacionales, como las españolas Cruz Roja y Médicos del Mundo.
Los hospitales siguen desbordados, aunque cada vez son más los médicos y personal auxiliar que llegan para ayudar.
El presidente de Indonesia, Susilo Bambang Yudhoyono, trasladó temporalmente su despacho a Yogyakarta para dirigir de cerca las operaciones humanitarias y de rehabilitación, según la agencia de noticias Antara.
La comunidad internacional, como hiciera tras el maremoto del 26 de diciembre de 2004 que mató a 226, 408 personas, según datos de la ONU, se ha volcado de nuevo con Indonesia, bien con ayuda financiera, material o personal especializado.