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Los desempleados cerraron las calles y desafiaron al gobierno de Eduardo Duhalde.  |
Miles de argentinos debieron enfrentar ayer innumerables inconvenientes y demoras para llegar a sus trabajos por causa de una huelga nacional convocada para protestar contra el modelo económico "de hambre y miserias" que impulsa el gobierno.
El paro, organizado por una de las tres centrales sindicales del país, también se realizó en rechazo de un posible acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Aunque la huelga no alcanzó al transporte público, quienes debían ir a sus lugares de trabajo desde los barrios periféricos de Buenos Aires debieron enfrentar piquetes de los huelguistas que interrumpían los principales accesos a la capital.
Los cortes de calles y rutas también se repitieron en el interior del país, donde además proliferaron otras modalidades de protesta como los "tractorazos" (interrupción del tránsito con maquinaria agrícola) y las "ollas populares".
La medida de fuerza por 24 horas fue convocada por la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), con el apoyo de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y el Bloque Piquetero Nacional, dos organizaciones político-sindicales de izquierda.
Además, cuenta con el respaldo de asociaciones de pequeños empresarios y productores agropecuarios, centros de estudiantes de las universidades, organismos de defensa de los derechos humanos y entidades religiosas.
SEGUNDO PARO EN UNA SEMANA
Éste es el segundo paro laboral que enfrenta el gobierno del presidente Eduardo Duhalde en los últimos siete días.
Los efectos directos de la medida de fuerza se sintieron más intensamente en las distintas reparticiones nacionales y provinciales, en los hospitales públicos y en escuelas y universidades, sectores donde se concentran los gremios que convocaron la huelga. Los reclamos populares encontraron al gobierno de Duhalde en un momento crítico.
Al creciente descontento social se suma la reticencia de los senadores de su propio partido para derogar la ley de subversión económica, una de las exigencias del FMI para volver a otorgar préstamos a Argentina.
Asimismo, el gobierno enfrenta la demora de los gobernadores provinciales para acordar un severo ajuste fiscal, otra medidas recomendada por el organismo multilateral.
"POSIBILIDAD DE CAMBIO"
Víctor de Genaro, secretario general de la CTA, evaluó como "muy alta" la respuesta popular a la convocatoria del paro. Dijo que el alcance que ha tenido la huelga en todo el país "muestra la posibilidad de un cambio de la política económica".
"En Argentina planificaron el hambre y la miseria para millones de compatriotas", expresó el dirigente sindical, y aseguró que el acuerdo que busca alcanzar el gobierno con el FMI "profundizará la entrega del país". |